El Ayuntamiento pagará 168.000 euros y zanjará un problema que se arrastra desde hace 20 años

El Ayuntamiento de Alzira ha dado un paso más para acabar con la polémica gasolinera de la avenida Luis Suñer. El consistorio, por una parte y los cinco herederos del inmueble por otro, han firmado una promesa de venta formalizada para la adquisición de la parcela donde actualmente se ubica la gasolinera.

Con este documento contractual los actuales propietarios se comprometen a, una vez adquirida la propiedad que por herencia les corresponde, enajenar en favor de el Ayuntamiento el pleno dominio, libre de cargas y gravámenes y al corriente del pago de impuestos.

Se trata de una parcela que fue destinada a área de servicio y gasolinera en el casco urbano de Alzira, con una superficie de 473 metros cuadrados y que se encuentra cerrada desde 2015. En su interior existe una edificación destinada a oficinas y almacén, así como una zona destinada a área de servicio y gasolinera, con sus correspondientes depósitos subterráneos para el almacenamiento de combustible, que hacen que los terrenos se encuentren contaminados. Ésta ha sido una de las grandes batallas en este proceso que comenzó en 2002 con un cierre provisional por los problemas que causaba.

Atendiendo a la tasación técnica emitida por los servicios técnicos municipales se fija el precio en 168.000 euros, cantidad a la que ya se ha descontado tareas de descontaminación que están obligado por ley el titular de la gasolinera, recuperación del suelo contaminado y demolición.

La adquisición debe llevarse a cabo en el plazo de dos meses a contar desde de la firma de la indicada promesa de venta, el pasado 21 de julio. Una vez formalizada la compra el Ayuntamiento procederá a la descontaminación y posteriormente la idea es poder habilitar un espacio urbano de uso público destinado a zona verde o área de juegos, aunque por el momento la principal finalidad es solucionar un problema que se arrastra a lo largo del tiempo y ha sido una de las prioridades de este equipo de gobierno.

«Estamos satisfechos de conseguir resolver un problema que afecta a una zona importante de la ciudad y que han sufrido los vecinos y vecinas durante muchos años, con los olores de los hidrocarburos y por contaminación del suelo», destacan desde el equipo de gobierno.

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