Titulares de estaciones de servicio confirman que aumentan los casos de personas que repostan y se van sin pagar
07 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Las gasolineras siempre han sido objetos de deseo de los ladrones en Barbanza. «A nós róubannos, mínimo, unha vez ao ano, é coma unha tradición que se repite», apuntan con cierta resignación desde una gasolinera de Mazaricos. Bien es cierto que hasta hace poco, estos robos, de los que hay constancia en prácticamente toda la comarca, acostumbraban a suceder de madrugada, cuando el establecimiento estaba cerrado. Al no haber dinero en efectivo, el botín solía ser reducido.
Esta tendencia, sin embargo, parece haber cambiado de un tiempo a esta parte, con robos a plena luz del día —en una estación muradana incluso robaron a cara descubierta hace unos meses, llevándose 1.200 euros—, con hurtos continuos en los mini-supermercados existentes en la mayoría de las estaciones e incluso marchándose con el depósito lleno sin haber pasado previamente por caja.
Lo confirman desde varias estaciones de servicio repartidas por territorio barbanzano —la mayoría prefieren mantenerse en el anonimato señalando incluso que «dar moitos datos pode crear un efecto chamada»— que reconocen haber sufrido «sinpa» en los últimos meses.
«Simplemente vino a nuestro conocimiento entonces. En uno de ellos era un hombre solo que sacó la manguera y arrancó mientras atendía a otro carro, y en el otro, una pareja que iba detrás del operador para pagar con tarjeta y en el momento que entró se pusieron en marcha ”, relatan. señalan desde una estación de la zona de noiesa que admiten haber recuperado el dinero de uno de los repostajes al conocer la identidad del ladrón. “En un caso, por casualidad, encontramos la identidad de uno de los ladrones y luego de enviarle un mensaje nos envió el dinero. Por otro lado, siendo un delincuente habitual, decidimos entregar el dinero.
Situación similar se dio hace un par de meses en un surtidor de Muros donde un individuo no solo llenó el depósito de su Audi, sino también una garrafa con otros 20 litros de gasolina 95 e incluso compró un bote de líquido para limpieza de inyectores. Un total de 144 euros que el conductor accedió a pagar con una tarjeta bancaria que no funcionó.
«Nos dio un nombre y un teléfono y dijo que venía por la tarde a pagar pero todavía estamos esperando «, dijo el responsable de este establecimiento que presentó una denuncia en la Guardia Civil. “ Nos han dicho que esto es cada vez más común y que, en la mayoría de los casos, se trata de delincuentes con suficientes denuncias como para empapelar una pared”.