El presidente de la patronal europea de fabricantes y CEO de Renault adelanta que las grandes compañías se enfrentan a 15.000 millones en multas en 2025

El presidente de ACEA y CEO de Renault, Luca de Meo.El presidente de ACEA y CEO de Renault, Luca de Meo.EFE

Daniel Viaña Corresponsal Bruselas
Corresponsal
Bruselas
Actualizado Martes, 10 diciembre 2024 – 14:49

«Los europeos no pueden comprar coches. No pueden ahorrar lo suficiente para hacerlo. Tenemos que hacer que la movilidad sea más accesible y necesitamos volver a la época de los coches pequeños». Luca de Meo, presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y consejero delegado (CEO) de Renault, ha dibujado esta compleja realidad socioeconómica, en la que se entremezclan el declive de la clase media, la sobrerregulación europea y la difícil situación que atraviesa un sector tan importante como el de la automoción.

Y lo ha hecho en la sede que la patronal de fabricantes que lidera tiene en Bruselas, en donde se toman muchas las decisiones que, según ha explicado, ahogan al sector. De Meo, que fue anteriormente fue presidente de SEAT y que, sin duda, es una de las voces más respetadas del sector, ha señalado, por ejemplo, que las grandes compañías deberán abonar hasta 15.000 millones en multas ya en 2025 por incumplir los objetivos de venta de vehículos eléctricos.

Ese será un dinero, ha explicado, que las empresas no puedan destinar a investigación y desarrollo, a lo que ha añadido «la regulación que viene eleva en un 40% el precio de los vehículos«. Por ello, De Meo ha exigido una mayor «flexibilidad» en el proceso de descarbonización. No pararlo ni negarlo, porque ese camino se tiene que llevar a cabo. Pero sí revisarlo dado que «Europa está perdiendo terreno», especialmente, frente a China.

La alusión al país asiático se produce el mismo día en el que Stellantis y su aliada, la china CATL, han anunciado una inversión de 4.100 millones en Figueruelas (Zaragoza) para fabricar la mayor plante de baterías de España, y en un momento en el que muchos compradores efectivamente se están decantando por vehículos chinos. Porque a pesar de los aranceles que ya han impuesto las autoridades comunitarias, los precios de estos coches son más competitivos.

Y aquí, De Meo ha vuelto a conectar con esa necesidad de apostar por los vehículos pequeños como una opción atractiva para el consumidor europeo medio. De ofrecer productos «competitivos», «productos que se pueden comprar«. Aunque ni siquiera este segmento se libra del impacto de la regulación.

«Ahora mismo, con la regulación que hay en Europa, es técnicamente imposible hacer coches pequeños. Cada regulación genera un sobrecoste, y debería hacer una regulación propia para los coches pequeños«, ha explicado.

Aunque lo que no se puede cambiar con más o menos regulación es la innegable pérdida de capacidad de las clases medias. «Tienen que recuperar poder adquisitivo», ha señalado, porque ya no sólo se trata de comprar vehículos. También de «pagar por los párking, el combustible o las multas». Y todo ello está realmente fuera del alcance de muchos europeos.

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