
El petróleo llama al petróleo. Esta semana, uno de los países con las mayores reservas de crudo ha anunciado el descubrimiento de un yacimiento de más de 2.000 millones de barriles de petróleo en la cuenca petrolera de East Baghdad, según han publicado agencias iraquíes y KUNA, la agencia de noticias oficial de Kuwait. Esta es una noticia que ha resonado con fuerza en el panorama energético global, dado el importante tamaño del yacimiento, cuyas reservas de crudo serían suficientes para abastecer la demanda de España durante unos 4 años. El precio del crudo Brent, de referencia en Europa, cotiza esta jornada en la zona de los 79 dólares por barril, mostrando cierta estabilidad en la sesión.
Según la Compañía Nacional de Petróleo del Centro de Irak (Midland Oil Company), esta nueva reserva no solo incrementa las ya vastas reservas probadas del país, sino que refuerza su posición como uno de los gigantes mundiales del petróleo. «Este hallazgo tiene una importancia estratégica, ya que fortalece nuestras reservas y mejora nuestras capacidades de producción», declaró Mohammed Yassin Hassan, director general de la compañía.
Para dimensionar la magnitud de este hallazgo, se podría decir que el descubrimiento de East Baghdad podría cubrir la demanda de petróleo de España durante cuatro años, considerando que el consumo anual español 1,3 millones de barriles por día. Este dato subraya la relevancia del crudo en un mundo que, pese a su transición hacia fuentes de energía renovables, sigue dependiendo en gran medida de los hidrocarburos.
Irak, miembro destacado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ya contaba con más de 145.000 millones de barriles en reservas probadas antes de este hallazgo. Estas cifras colocan al país entre las naciones con mayores recursos de crudo del mundo, un pilar fundamental para una economía que depende en más del 90% de las exportaciones de petróleo para generar ingresos.
La producción diaria de crudo en Irak ronda los 4 millones de barriles, una cifra que lo sitúa como el segundo mayor productor de la OPEP, solo por detrás de Arabia Saudí, que produce alrededor de 9 millones de barriles diarios. Sin embargo, esta capacidad no ha estado exenta de desafíos. Los recortes de producción acordados por la OPEP para estabilizar los precios globales han impactado también a Irak. A pesar de ello, el país continúa jugando un papel crucial en el suministro global de petróleo, destacándose por su capacidad para adaptarse y mantener un flujo constante de exportaciones.
El nuevo yacimiento descubierto en East Baghdad ya ha demostrado un potencial impresionante con pruebas iniciales que indican una capacidad de producción de hasta 5.000 barriles diarios. Este rendimiento inicial confirma que no solo es un aporte cuantitativo a las reservas del país, sino también un impulso cualitativo para su industria petrolera. «La producción diaria de este pozo es una muestra del impacto positivo que tendrá este descubrimiento en nuestras operaciones a largo plazo», afirmó Yassin Hassan.
El hallazgo también reabre el debate sobre la relevancia estratégica de Irak en el contexto de la OPEP. Con los recortes vigentes, la pregunta es cómo estos nuevos recursos serán manejados en un mercado donde la oferta y la demanda están meticulosamente equilibradas. Aunque el objetivo es mantener precios estables, la competencia entre los grandes productores nunca desaparece del todo. Este hallazgo de petróleo no hará otra cosa que reforzar las reclamaciones de Irak para aumentar su cuota de producción dentro de los acuerdos de la OPEP.
Irak y su dependencia del petróleo
Por otro lado, la economía iraquí continúa enfrentando desafíos derivados de su excesiva dependencia del petróleo. Se espera que la economía crezca un 4% este 2025 tras haber crecido otro tanto en 2024. No obstante, los dirigentes iraquíes necesitan mantener un elevado crecimiento económico para intentar mantener cohesionado a un país que sufre una profunda división (entre chiíes y suníes). Cuando la economía va bien, las diferencias parecen más pequeñas, por lo que cada barril de petróleo extra bombeado ayuda a lograr ese objetivo que resulta fundamental para mantener la estabilidad política y sociales. Las fluctuaciones en los precios globales y las tensiones geopolíticas han demostrado ser factores determinantes en el desempeño económico del país. Este nuevo descubrimiento, aunque esperanzador, resalta la necesidad de diversificar una economía que se tambalea cuando el mercado petrolero experimenta caídas.
El anuncio de la Midland Oil Company también pone de manifiesto el potencial inexplorado del subsuelo iraquí. El campo de East Baghdad, situado en una región que ya era conocida por su riqueza petrolera, sigue ofreciendo sorpresas que refuerzan el papel de Irak como uno de los principales actores en el tablero energético global. Además, el éxito técnico de este proyecto refleja el alto nivel de conocimiento y experiencia acumulado por los profesionales iraquíes en este sector.
En un mundo en el que la transición energética es un tema recurrente, los descubrimientos de petróleo como el de East Baghdad subrayan la complejidad del cambio. Mientras que las energías renovables ganan terreno, el petróleo sigue siendo indispensable para mantener en funcionamiento las economías modernas. El caso de Irak es una prueba de que el equilibrio entre las demandas actuales y las promesas del futuro no será fácil de alcanzar.
Desde una perspectiva global, los 2.000 millones de barriles descubiertos representan una pequeña fracción del consumo mundial de petróleo, que supera los 90 millones de barriles diarios. Sin embargo, su impacto en la economía iraquí es significativo, especialmente en términos de ingresos potenciales y de confianza en su capacidad de seguir descubriendo y explotando recursos energéticos.
La historia del petróleo en Irak es, en esencia, una historia de contradicciones: una fuente inagotable de riqueza y, a la vez, una trampa que limita su desarrollo en otros sectores. Este descubrimiento en East Baghdad, aunque alentador, subraya la necesidad de estrategias a largo plazo que permitan al país diversificar su economía y prepararse para un futuro energético incierto.