Logo de BP. / Andrew Milligan (PA Wire-dpa)
Logo de BP. / Andrew Milligan (PA Wire-dpa)

La compañía BP ha anunciado sus nuevos planes estratégicos para 2027, en los que el gigante petrolero ha decidido apostar por los combustibles fósiles en detrimento de las energías renovables. En concreto, prevé invertir alrededor de 10.000 millones de dólares (9.533 millones de euros) al año para impulsar la producción de petróleo (70%) y gas (30%), mientras que la cantidad reservada a inversiones verdes va a disminuir a entre 1.500 y 2.000 millones de dólares, lo que supone una rebaja de unos 5.000 millones de dólares respecto al plan anterior.

Según explica la compañía, esta reasignación de capitales busca, en definitiva, aumentar el flujo de caja libre, los retornos y el valor para los accionistas a largo plazo, y responde en buena medida a la presión de su accionista Elliott Investment Management.

Las claves para conseguirlo son ampliar sus negocios de búsqueda y perforación de petróleo y gas (upstream), centrarse en el refinamiento, procesamiento, comercialización y distribución de los carburantes (downstream) y seleccionar cuidadosamente sus inversiones en materia de transición.

«Hemos restablecido radicalmente la estrategia de BP. Estamos reduciendo y reasignando el gasto de capital a nuestros negocios de mayor rentabilidad para impulsar el crecimiento y buscar mejoras en el rendimiento y la eficiencia de los costes. Todo esto está al servicio de un flujo de caja y una rentabilidad en crecimiento sostenibles», ha manifestado Murray Auchincloss, director ejecutivo de la compañía.

Con esta reordenación de las inversiones, BP pretende aumentar la producción de carburantes y obtener entre 2,3 y 2,5 millones de barriles diarios de petróleo y gas natural, con alrededor de un millón de barriles procedentes de EEUU, y así alcanzar un flujo de caja operativo adicional de 2.000 millones de dólares (1.906 millones de euros) en 2027. Se espera que los futuros proyectos upstream generen retornos del 20%.

En cuanto al negocio downstream, BP va a realizar una revisión estratégica sobre el negocio de lubricantes (Castrol), va a incorporar a un nuevo socio (Lightsource) y va a vender su refinería de Gelsenkirchen. También, la petrolera va a optimizar su red de movilidad, va invertir «selectivamente» en proyectos tanto de recarga de vehículos eléctricos como de biocombustibles y va a invertir en empresas de transición energética entre 1.500 y 2.000 millones de dólares anuales. «Seremos muy selectivos en nuestras inversiones en materia de transición, incluso a través de plataformas innovadoras que requieren poco capital», ha apostillado el director ejecutivo.

 

Con estas operaciones, la petrolera pretende reducir los costes estructurales en aproximadamente 4.000 o 5.000 millones de dólares mediante desinversiones, reducciones de personal o implementaciones de soluciones digitales y tecnológicas. También planea reducir el gasto de capital anual a un rango de entre 13.000 y 15.000 millones, además de reducir la deuda neta a entre 14.000 y 18.000 millones de dólares. Del mismo modo, BP espera obtener durante ese periodo unos retornos superiores al 15%, así como aumentar el flujo de caja operativo en unos 3.500 o 4.000 millones de dólares respecto al año 2024.

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