Esta sustancia es obligatoria en los coches con motor diésel para reducir sus emisiones contaminantes desde el año 2016
27/02/2025 Actualizada 04:30
Poco después de estallar el escándalo del Dieselgate en 2015, una de las mayores crisis a las que se ha enfrentado el automóvil europeo, Bruselas hacía obligatoria la utilización de AdBlue en los automóviles con motor de gasóleo.
Explicado de una manera sencilla, se trata de un aditivo que se inyecta sobre el sistema de escape del vehículo y gracias al cual tiene lugar una reacción química que reduce las emisiones de manera muy importante. Un sistema imprescindible para que los vehículos con motor diésel cumplan con los límites de emisiones de Bruselas.
Perjudicial
Inicialmente nació para camiones y vehículos industriales, por eso los transportistas saben tanto de este aditivo que contiene urea y que se compra en las gasolineras.

Repostando AdBlue en un vehículo diésel
Hace tiempo se vendía en garrafas o envases pequeñas, pero ahora ya se dispensa directamente como si fuera combustible con una manguera con boquerel, la boca de carga suele estar ubicada junto a la del gasóleo.
Sus problemas
Tal y como explican los mecánicos, este producto químico tiene un problema muy importante: cristaliza al contacto con el aire, lo que provoca la formación de cristales sólidos que en función de donde se generen pueden provocar averías muy importantes.

AdBlue cristalizado sobre la carrocería del coche
Lo primero que hay que procurar es no tirar ni una gota al repostar, y si manchamos la carrocería limpiarlo de inmediato, pues de lo contrario bastan unos minutos para que forme una capa sólida que después es más difícil de quitar y estropea la pintura.
Seca muy rápido
El problema es aún mayor si existe alguna pérdida de este producto en el circuito, pues allá donde caiga va a formar una capa sólida difícil de quitar. De hecho en los vehículos en los que el circuito de AdBlue no está bien sellado llega a atascar los conductores e incluso el depósito, que termina hecho un mazacote.

Depósito de AdBlue cristalizado
En este caso los mecánicos hablan de varias soluciones, la más sencilla es echar en el depósito de AdBlue un aditivo anticristalizante que venden en las gasolineras, lo que suele solucionar los problemas.
Es cierto que algunos talleres ofrecen la posibilidad de anular el AdBlue, es decir modificar el funcionamiento de la centralita del coche para activar un modo en el que funciona sin este líquido, pues no es obligatorio en todos los mercados.
Una solución muy poco recomendable porque además de poco cívica es fácilmente detectable, la anulación del sistema de AdBlue se sanciona con entre 700 y 1.000 euros, si bien en caso de vehículos industriales de gran tonelaje y flotas podemos hablar de hasta 20.000 euros de multa.