Este miércoles revisará su estrategia con el anuncio de un plan de choque. La medida más importante es flexibilizar los objetivos de CO2 para 2025, ya que se podrían traducir en multas milmillonarias y, como caso extremo, el cierre de fábricas o su paralización.
Félix Cerezo
Madrid
Actualizado Lunes, 3 marzo 2025 – 02:47
El 30 de enero, la Comisión Europea celebró la cumbre más grande llevada cabo nunca sobre el automóvil. Hasta 22 asociaciones entre fabricantes, proveedores, ecologistas y consumidores se dieron cita en Bruselas. De aquel encuentro, salió la promesa de un Plan de Acción que se presentará este miércoles y que incluirá medidas «urgentes», que permitan al sector competir en «igualdad de condiciones en el escenario internacional» y «racionalicen la normativa».
Por donde irán los tiros, lo ha adelantado el viraje de Bruselas hacia una transición verde más suave anunciado la semana pasada por la vicepresidenta ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva, la española Teresa Ribera.
El ultimo bastión tecnológico
Básicamente, deshacer parte de la hoja de ruta marcada por la UE, tomar nota de la complicada situación del sector y poner pie en pared frente a la amenaza de China y EEUU. Están en juego parte de los 13 millones de empleos que cuelgan del «último bastión tecnológico que le queda al Viejo Continente: la industria del automóvil, gracias a la que tenemos paz social, progreso y clase media» avisaba días atrás Josep Maria Recasens, número 2 de Renault Group y presidente de Anfac, la patronal española de fabricantes.
Por donde irán los tiros, lo ha adelantado el viraje de Bruselas hacia una transición verde más suave anunciado la semana pasada por la vicepresidenta ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva, la española Teresa Ribera.
El ultimo bastión tecnológico
Básicamente, deshacer parte de la hoja de ruta marcada por la UE, tomar nota de la complicada situación del sector y poner pie en pared frente a la amenaza de China y EEUU. Están en juego parte de los 13 millones de empleos que cuelgan del «último bastión tecnológico que le queda al Viejo Continente: la industria del automóvil, gracias a la que tenemos paz social, progreso y clase media» avisaba días atrás Josep Maria Recasens, número 2 de Renault Group y presidente de Anfac, la patronal española de fabricantes.
En 2022, último año con datos, Europa exportó casi 740.000 vehículos -84.000 de ellos, 100% eléctricos- a EEUU, por valor de 37.400 millones de euros. Es decir, fue el segundo mercado extranjero solo por detrás de Reino Unido y concentró casi la quinta parte de los ingresos que la UE obtiene con la exportación de automóviles. En el mismo periodo, el Viejo Continente compró 271.476 fabricados en USA (valorados en 8.700 millones) según Acea.
Los grandes perjudicados serían los fabricantes alemanes, especialmente los premium. España no exporta vehículos a EEUU después del final de la producción en Valencia de la Ford Transit Connect en abril de 2024,