A los fabricantes se les permitiría seguir vendiendo vehículos con motor de combustión en la UE después de 2035, tal y como se desprende de las últimas decisiones tomadas por la Comisión Europea en rescate de los fabricantes automovilísticos del continente.

Se consumó la noticia en las últimas horas. La Comisión Europea ha decidido finalmente acudir en ayuda de la industria automovilística europea, que se encuentra en serias dificultades, y ha apostado a su manera por aflojar las riendas que las estaba asfixiando. Por ahora, ya es oficial que no habrá sanciones ni multas si los fabricantes no cumplen con sus objetivos de emisiones de CO2 este año, tal y como estaba inicialmente previsto. Incluso la flexibilización de la prohibición de los motores de combustión comienza ya a no ser un tema tabú para la Comisión Europea, según anuncian hoy los principales medios económicos alemanes.
Al final, la realidad de las últimas horas es que todo ha resultado diferente a lo que se preveía. La recesión en Europa, la renuencia de los ciudadanos de la UE a comprar nuevos vehículos y las regulaciones gubernamentales han terminado por poner en una situación difícil y de peligro a la industria automotriz. La reducción prescrita de CO2 estaba causando graves problemas ya en toda la industria y las normas previstas para este año 2025 de que las flotas de los fabricantes solo tendrían que rondar los 93 g/km en sus emisiones medias contaminantes significaba que las marcas debían vender muchos coches eléctricos para alcanzar el objetivo, y no llegaban. Las multas millonarias sobrevolaban en el ambiente con el riesgo de quiebra de muchas empresas.
La UE alcanza un acuerdo para flexibilizar las normativas contaminantes
Así, con esta coyuntura, ayer mismo, día 5 de marzo, la Comisión Europea decidió presentar un nuevo plan de acción que promete ayudas para la industria automotriz en varias áreas. Pero lo importante tras esta nueva estrategia es que la armadura de Bruselas parece que empieza a resquebrajarse en lo que respecta a los objetivos de emisiones de CO2.
El diálogo estratégico que la Comisión Europea inició con la industria del automóvil en el pasado mes de enero está dando ahora ya sus primeros frutos. La situación de la industria europea es una de las principales prioridades del nuevo programa de trabajo de la Comisión, según ha indicado Bruselas, y la gran pregunta a esta hora es conocer exactamente hasta dónde llegará la UE para complacer a los grandes actores del sector. Una declaración de un anuncio reciente de la Comisión da una primera idea, al reconocer “la urgencia y gravedad de la situación y la necesidad de una acción decisiva para proteger la prosperidad de Europa y al mismo tiempo lograr los objetivos climáticos y otros objetivos sociales”.
Ahora, la UE ya ha demostrado que no quiere limitarse a hablar y va a regular con este objetivo. Una mayor flexibilidad respecto de los objetivos de emisiones de C02 es ya realidad y se ha decidido abordar la cuestión de forma equilibrada y quizá más justa. Todo ello significa que la Comisión Europea propondrá este mes una modificación específica del reglamento sobre las normas de C02 para turismos y vehículos comerciales ligeros, permitiendo a los fabricantes de automóviles alcanzar sus objetivos de CO2 distribuyendo las emisiones a lo largo de un período de tres años, que irá de 2025 a 2027. Es decir, las multas se atrasan y se concede en la práctica una moratoria.

Esto permitirá evaluar ya las emisiones en promedio, ofreciendo una nueva oportunidad de compensar cualquier déficit en uno o dos años con déficits en los otros años. En resumen: quien no alcance los límites este año, aún podrá recuperarlos en 2026 y 2027. Al menos ese es el plan que la Comisión Europea quiere poner en vigor, con el objetivo de acelerar los preparativos para la revisión prevista del reglamento sobre las normas de CO2 para turismos y vehículos comerciales ligeros.
¿Será ya el fin del motor de combustión? ¿O no?
Por ahora, las multas millonarias anunciadas están así descartadas y los grandes fabricantes han aplaudido la decisión de la UE. Volkswagen en particular se exponía ya a multas de 1.500 millones de euros, por ejemplo. Pero es verdad que la industria no debe aún celebrar nada: esta revisión debe ser aprobada todavía por el Parlamento Europeo y el Consejo de los 27 estados miembros de la UE, aunque la previsión es que salga adelante.
Nuevos avances de apoyo a la industria podrían llegar, además, por una nueva vía. La Comisión Europea, según informan hoy desde Auto Motor und Sport, en Alemania, también está estudiando la posibilidad de eliminar más progresivamente los motores de combustión a diferencia de lo previsto anteriormente. En este sentido también, el Comisario de Transporte de la UE, Apostolos Tzitzikostas, acaba de anunciar en Bruselas que estas noticias deberían llegar este año y no en 2026, como se preveía originalmente. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya lo anunció también con antelación, asegurando que “nos prepararemos para acelerar el trabajo de revisión de 2035, siendo la total neutralidad tecnológica un principio clave”.

El final de la venta de vehículos con motor de combustión, ahora mismo abierto, incluso
Estas informaciones, sin duda, deberían sonar como música para los oídos de sectores de la industria, ya que significa en la práctica que se podría suavizar la prohibición de venta de los motores de combustión interna en 2035, como estaba ya aprobado y contemplado. O, al menos, en parte. Actualmente se habla de dar mayor consideración a los combustibles neutros en emisiones CO2, lo que significaría que a los fabricantes se les permitiría seguir vendiendo modelos con motor de combustión en la UE incluso después de 2035.
Esta normativa debería aplicarse igualmente a los vehículos híbridos enchufables, independientemente de los e-combustibles o combustibles sintéticos. Mientras tanto, el perfil eléctrico a tiempo parcial de este tipo de vehículo PHEV mejora significativamente y la autonomía eléctrica de muchos de estos coches aumenta ya hasta superar los 100 kilómetros. La Comisión Europea parece que comienza a apreciar también esta nueva dirección hacia las cero emisiones.
Los coches eléctricos siguen siendo importantes y prioritarios para la UE
La victoria de momento parece caer de lado de la industria automovilística, pero los fabricantes harían bien de todos modos en no desviarse del camino ya elegido hacia la electrificación total, ya que a medio plazo la reducción de las emisiones de CO2 no desaparecen y sigue siendo la principal prioridad de la UE de cara al futuro próximo. Sin la electrificación del sistema de propulsión, este obstáculo será difícil de superar. Y sin aumentar las ventas de coches eléctricos, la industria automovilística seguirá en problemas.

La Comisión Europea por tanto ya avisa de que, si las marcas no trabajan y se esfuerzan en este sentido lo suficiente, se encaminarán hacia tiempos aún más turbulentos. Y es que la voluntad de la UE de ayudar podría terminar rápida y abruptamente. Ahí queda de momento el aviso. La partida de póquer se sigue jugando en los pasillos de la Comisión Europea y aún no ha terminado.