El litro de gasolina en la provincia es casi seis céntimos más elevado que en Almería, donde se vende el carburante más barato del país
Martes, 9 abril 2019, 08:25
Llenar el depósito en Málaga es más caro que hacerlo en cualquier otro lugar de Andalucía. De hecho, el precio medio del combustible de la provincia se mantiene entre los diez más altos de todo el país, tanto el de la gasolina como el del diésel. Así se recoge en el informe que publica cada mes el Ministerio para la Transición Ecológica, actualizado con los datos del pasado febrero (aunque esta tendencia se mantiene en los últimos registros mensuales). En concreto, el precio medio de venta al público –es decir, con todos los impuestos incluidos– del litro de gasolina 95 es de 1,264 euros, por delante de Madrid (1,263 euros). Tan solo superan este dato Álava (1,269), Asturias (1,27), Vizcaya (1,271), Guipúzcoa (1,282) y las islas Baleares, con el compendio más elevado de España (1,289).
En el caso del diésel (gasóleo), el precio medio de Málaga es de 1,228 euros por litro, exactamente el mismo dato que Valladolid. La superan Lugo (1,228), Ourense (1,229), Álava (1,229), Cantabria (1,231), Madrid (1,232), Vizcaya (1,238), Guipúzcoa (1,259) y, de nuevo a la cabeza, Baleares (1,259). Tanto en gasolina como en gasóleo, la siguiente provincia andaluza por detrás de Málaga es Cádiz, que se posiciona a la mitad de la tabla nacional (1,242 euros para gasolina 95 y 1,199 para diésel). Almería tiene el promedio más bajo de todo el país en cuanto a la gasolina (1,21 euros) y el tercero para el gasóleo (1,174). El diésel más barato de España se vende en Valencia, con una media de 1,171 euros por litro.
Actualmente, en Málaga, llenar un depósito de un coche estándar (por ejemplo, cincuenta litros), cuesta 63,2 euros si es gasolina 95. Esta misma operación en Almería tiene un coste de 60,5 euros. Si se llena el depósito del vehículo una vez al mes, al año un malagueño paga de media 758,4 euros de gasolina, y un almeriense 702,6 euros. En el caso del diésel, el depósito de 50 litros se llena por 61,4 euros en Málaga y por 58,55 en la provincia más barata, Valencia.
Pero Málaga no siempre ha estado a la cabeza del país en cuanto al precio del combustible. Si se analizan los datos del mismo periodo (febrero) de 2016, la situación era muy diferente. En aquella época, la gasolina se vendía en la provincia a 1,086 euros el litro y el diésel por 0,938 euros el litro. En ambos casos, Málaga ocupaba la franja media de la tabla comparativa por provincias, y no era la más cara de Andalucía. En febrero de 2017, las constantes subidas de precio habían afectado más a Málaga que a otros puntos del país. El litro de gasolina 95 tenía un precio medio de 1,272 euros, y el diésel de 1,143, haciendo que la provincia comenzase a colocarse por delante en la comunidad autónoma y rozase los puestos que hoy ocupa.
a en 2018 Málaga era la tercera provincia más cara de España para repostar gasolina 95 con un promedio de 1,274 euros por litro –un céntimo de euro más caro que en la actualidad–. Por tanto, en retrospectiva, la provincia ha sido de las que más ha sufrido la permanente subida del combustible, especialmente si se compara con el resto de demarcaciones autonómicas. Además, también se puede deducir que el periodo entre 2016 y 2017 fue clave para que se alcanzara la coyuntura vigente, ya que desde entonces el precio medio ha alcanzado la cota actual.
¿De dónde vienen esas diferencias? Según se explica en el propio informe, el precio de venta al público varía en función de la «localización geográfica» (núcleo urbano, carretera, proximidad a refinerías o entradas costeras); de «las relaciones existentes entre compañías petroleras y estaciones de servicio» (propiedad, abanderamiento, exclusiva) además de la existencia de «promociones locales y políticas de marketing empresarial».
El presidente de la Asociación Malagueña de Empresarios de Estaciones de Servicio, vinculada a la federación andaluza y a la nacional (Ceees), Fernando Rodríguez, explica que esta desigualdad no radica en los márgenes que aplican las estaciones de servicio, ya que es «menor» que las variaciones entre provincias. «Nuestro beneficio está en la rotación», añade. De hecho, Rodríguez explica a SUR que esta diferencia entre demarcaciones afecta gravemente a las gasolineras limítrofes con otras provincias con las que no pueden competir al tener menor capacidad de margen. Son, según el presidente, son las petroleras las que establecen con su precio de venta las diferencias de precio entre un punto y otro.
«A merced del mercado»
La presidenta de la sección malagueña de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía (Facua), Lola García, asegura que las subidas de precio y, en este caso, la diferencia con el resto de la comunidad, no solo encarece el transporte de los consumidores. «Estamos a merced del mercado y el precio del combustible puede encarecer otros productos y servicios de forma indirecta».
Las estaciones automáticas se postulan como «clave» para bajar los precios
Ante la subida de precios y en el caso de Málaga, provincia que lidera el ‘ranking0 de las más caras de España a la hora de repostar, los empresarios del modelo de gasolinera desatendida se postulan como «la clave» para mantener los precios en un rango más competitivo. El presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas, Manuel Jiménez, explica a SUR que el gran factor que determina el precio es la competencia que hay en un rango de 30 kilómetros a la redonda. «Nosotros tenemos comprobado que por cada estación automática que se abre, los precios bajan considerablemente en su entorno». Desde Facua Málaga, Lola García asegura que la guerra de precios «no puede ser excusa» para que proliferen estas estaciones en las que el consumidor «sale perdiendo». Actualmente, según los datos de la asociación nacional, solo el 7% de las gasolineras de Málaga son ‘low cost’, algo que según Jiménez es «parte de la causa» por la que la provincia es la más cara de Andalucía.