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Las matriculaciones de vehículos eléctricos crecen, pero apenas equivalen a una cuarta parte de las de coches de autogás o una séptima parte de las de híbridos, que lideran el mercado.

El crecimiento de cada tipología de coches también va por barrios. Los eléctricos, con un 109%, y los de GLP, con un 73%, son los que más avanzan, mientras que los híbridos enchufables lo hacen un 27% y los híbridos, un 9,7%. La tendencia puede cambiar en los próximos años, pero, por el momento, los eléctricos no salen ganando en la relación de fuerzas. Por cada eléctrico puro matriculado en lo que va de año, se han vendido 7,5 híbridos y cuatro de autogás. Unos y otros, híbridos y GLP, acaparan el 72,6% del segmento de los vehículos alternativos.

Los eléctricos y los híbridos enchufables tienen a su favor que cuentan con la etiqueta cero, que les permite, por ejemplo, estacionar de forma gratuita en áreas reguladas o entrar en Madrid Central. Esto último también lo pueden hacer los híbridos y los de GLP, con etiqueta Eco.

Sin señales políticas

El avance de los vehículos alternativos se está produciendo pese a la falta de claridad política acerca de las restricciones que encontrará cada tecnología y de los futuros estímulos a la compra. Tras los planes Pive de achatarramiento, llegaron los programas para potenciar la compra de coches alternativos, entre ellos el Movea, el Movalt, el Movele o el Moves. En ellos se ha impuesto el principio de la neutralidad tecnológica, en la que no se apoya una modalidad en concreto, ya que todas ellas contribuyen a reducir las emisiones. Lo que no ha habido son convocatorias de la ambición presupuestaria de los planes Pive. A falta de Gobierno, la industria automovilística no sabe si seguirá habiendo ayudas ni qué forma adoptarán.

Las señales regulatorias suelen tener un efecto automático sobre el mercado. La puesta en marcha de Madrid Central en noviembre disparó las ventas de eléctricos en la capital, hasta representar más de la mitad de los que se matricularon en España en los últimos meses del año.

El entorno ahora ha cambiado. Los consumidores no saben qué va a ocurrir con el diésel ni con el resto de tecnologías, y eso se aprecia en las matriculaciones. Las ventas de turismos y todoterrenos nuevos descendieron en julio por primera vez desde 2012, un 11%, y acumulan un retroceso del 6,5% en los siete primeros meses del año.

Hasta julio, el 61,7% de los turismos matriculados usa gasolina, frente al 27,5% de diésel y el 10,8% de los alternativos, según datos de Anfac. La gasolina es el combustible vencedor por partida doble, al estar también presente en los híbridos y en algunos de GLP.

En el caso del autogás, está en auge incorporar un tanque de GLP al coche de gasolina. Hasta junio, se hibridaron con el gas 3.979 vehículos de gasolina, un 40% más. Esta opción abarata a la mitad el precio del combustible y convierte además el vehículo en Eco. Los coches de autogás baten a sus competidores en autonomía, con 1.100 kilómetros, y ya cuentan con una red de repostaje de 632 gasineras.