También el diésel se encareció un 2,5% en las estaciones de servicio, en una jornada en que el crudo bajó un 6% por la llamada a la calma de Riad

J. M. CAMARERO MADRID.

La fuerte subida experimentada por el petróleo el lunes después del ataque a la mayor refinería del mundo, la saudí de Abqaiq, llegó de manera casi inmediata a las gasolineras. Las estaciones de servicio vendían ayer el diésel a un coste medio de 1,23 euros, un incremento del 2,5% con respecto al cierre de la víspera. Y un litro de gasolina costaba ya 1,32 euros, un 1,5% más que la jornada anterior. Esto en un día en el que el crudo acabó bajando más de 6%, la mitad del 12% en que se había incrementado un día antes.

Detrás de este descenso está el anuncio de las autoridades de Riad de que recuperarán su nivel de producción «en unas tres semanas». Arabia Saudí saca al mercado cada día el 6% de las existencias mundiales de crudo y los atentados del sábado contra sus instalaciones redujeron su capacidad a la mitad. Así las cosas, el secretario de Energía de EE UU, Rick Perry, mostró su confianza en que las necesidades de petróleo seguirán cubiertas. Según Perry, es «pronto» para recurrir a la reserva estratégica de la primera potencia mundial que Trump quizá se precipitó a ofrecer.

Mientras envía mensajes de tranquilidad a los mercados, Washington examina restos de los misiles que golpearon las instalaciones saudíes para determinar de dónde provino el ataque. La CNN se apoyó en una fuente «conocedora» de las pesquisas para señalar que expertos estadounidenses y del reino petrolero sitúan el origen, «con una muy alta probabilidad», en una base de Irán próxima a la frontera con Irak. En la operación se habrían empleado drones y misiles de crucero que volaron a baja altura. Su trayectoria indica que llegaron desde el norte a Abqaiq, atravesando el sur del territorio iraquí y el espacio aéreo de Kuwait antes de alcanzar sus preciados objetivos.

EE UU envía a Arabia Saudí a su secretario de Estado para «coordinar» una respuesta

La CBS, por su parte, citó a un alto funcionario estadounidense para insistir en la autoría de Irán. Las baterías antiaéreas de Arabia Saudí, dirigidas hacia el sur para repeler ataques de los rebeldes hutíes desde Yemen -que reivindican el atentado del sábado aunque nadie les cree- no pudieron actuar contra el bombardeo desde el norte. ‘The New York Times’ manejó la hipótesis de que los misiles se lanzaron desde un barco en el norte del golfo Pérsico.

El secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, viajó a Riad para coordinar «una respuesta» a los ataques, según anunció el vicepresidente, Mike Pence. Y aunque en medios estadounidenses se sigue especulando con una reunión entre Trump y el presidente iraní, Hasán Rohaní, la próxima semana en Nueva York, el guía supremo, Alí Jamenéi, la descartó de plano.