Se trata de una de las soluciones más prometedoras para descarbonizar sectores esenciales de la economía, con el objetivo de hacerla más sostenible.

Con la mirada puesta en 2050, la UE se ha fijado el objetivo de tener una economía con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Es un desafío ambicioso y necesario en un contexto en el que cada vez es más evidente que tenemos que actuar decididamente, y hacerlo ya. Como ha manifestado Antonio Guterres, secretario general de la ONU, «la emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar. La crisis climática está causada por nosotros y las soluciones deben venir de nosotros. Tenemos las herramientas: la tecnología está de nuestro lado».
En esta contrarreloj, necesitamos alternativas que se puedan implementar allí donde la electrificación no sea posible, y una de ellas es el hidrógeno verde. Se trata de una fuente de energía sostenible obtenida por electrólisis que no deja residuos contaminantes. Además, puede ser almacenado durante largos periodos de tiempo lo que lo convierte en un candidato ideal como reserva de energía.
Atendiendo a las estimaciones del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), España será capaz de producir el 81% de su electricidad a partir de fuentes renovables en 2030. Y en ese camino hacia las cero emisiones, el hidrógeno renovable tendrá un papel fundamental.
En nuestro país, Cepsa aspira a ser el referente en la producción de hidrógeno verde. En el marco de su estrategia Positive Motion, está desarrollando el ‘Valle Andaluz del Hidrógeno Verde’, el proyecto más ambicioso de hidrógeno renovable de España y uno de los más importantes de Europa, que permitirá acelerar la transición energética y conseguir una mayor independencia energética del continente. Su objetivo es liderar en 2030 la producción nacional, con una capacidad equivalente de 2 GW y ser la puerta de entrada de Europa.
Con una inversión prevista de más de 3.000 millones de euros, contará con dos centros de producción en Andalucía, que reúne todas las condiciones para ser uno de los lugares más competitivos del mundo en la producción de hidrógeno: ubicación estratégica, la abundancia de sol y viento, una red eléctrica robusta extendida por toda la geografía y una infraestructura portuaria de primer nivel. El objetivo es que los centros, uno en Palos de la Frontera (Huelva) y otro San Roque (Campo de Gibraltar, Cádiz), produzcan hasta 300.000 toneladas de hidrógeno verde al año. Asimismo, permitirán impulsar la producción de biocombustibles 2G y productos derivados como el amoniaco y metanol verdes, que contribuirán a la descarbonización de la industria y del sector del transporte pesado.