Bruselas pide a la industria china del automóvil que comparta tecnología para permitir producir baterías y coches eléctricos en el Viejo Continente
Actualizada 04:30
Hace décadas que en los salones de automóviles europeos, fundamentalmente Ginebra, París o Frankfurt, era habitual ver a decenas de ciudadanos asiáticos (normalmente chinos) enredando en torno a los últimos modelos europeos presentados y fotografiando y copiando hasta el más mínimo de los detalles.
En aquel momento el automóvil europeo marcaba el ritmo del sector a nivel mundial y las empresas chinas se limitaban a copiar los coches europeos para luego lanzar réplicas en su país a un precio ridículo.
Copia que te copia
Varias empresas europeas llegaron a denunciar a marcas chinas de la época y pese a que los tribunales occidentales les daban la razón, los tribunales chinos ignoraban las denuncias.

Un Porsche Cayenne a la china…
Era impensable que estos modelos llegaran a Europa por dos motivos, el primero por que se trataba de copias burdas y el segundo porque no superaban las pruebas europeas de emisiones y seguridad.
Los clones ‘low cost’
La pandemia del COVID y la llegada del coche eléctrico marcaron un antes y un después en el automóvil, las marcas chinas contrataron a decenas de ingenieros y diseñadores europeos y clonaron y mejoraron los métodos de producción europeos.

Ingenieros chinos desmontaban y copiaban coches europeos
Con la complicidad y la ayuda del estado, que les subvenciona el coste de las instalaciones y de la energía, los chinos han logrado crear una generación de automóviles excepcionales tanto en diseño como en calidad y han desembarcado con ella en Europa, poniendo en apuros a la industria del Viejo Continente.
Llevan años de ventaja
En paralelo a la mejora de la fabricación de coches, los chinos pusieron en marcha una potentísima industria de baterías, mientras en Europa aún seguíamos produciendo y actualizando nuestros excepcionales motores gasolina y diésel.
Estos años de ventaja han permitido tener a las marcas del país asiático una tecnología muy superior a la europea en la fabricación de baterías, pues disponen de métodos de tratamiento para las tierras raras mucho más sofisticados que los europeos, de hecho se habla de que llevan entre 5 y 10 años de ventaja a la industria europea en materia de electrificación.

Las celdas de baterías chinas son mucho más sofisticadas que las europeas
Por si esto fuera poco, el Gobierno chino se ha hecho con los derechos de explotación de más del 80 % de las reservas de tierras raras conocidas en el mundo, lo que quiere decir que Europa tiene un problema muy serio.
Europa intenta copiar
Con este panorama el salto al coche eléctrico que dio Bruselas hace cinco años ha dejado a la deriva a las marcas europeas que siguen produciendo y vendiendo coches de combustión porque son incapaces de hacer frente a las marcas chinas en el terreno de coches eléctricos, en el que Tesla es la única firma occidental capaz de hacerles frente.
El cierre de la única gran planta europea de baterías, NorthVolt, antes de su puesta en funcionamiento deja muy clara que mientras Europa tenga una dependencia absoluta de las baterías chinas, es imposible hacer frente a su industria.
Por ello hace solo unos días que Bruselas lanzaba el enésimo plan para la electrificación del automóvil en el que una vez más anuncia la inversión de casi 2.000 millones de euros para la fabricación de baterías en el Viejo Continente.

La mayor parte de las baterías que se usan en Europa son chinas
Eso sí ahora permite llegada de fabricantes chinos siempre que lo hagan de la mano de empresas europeas y que exista la transferencia de tecnología, no como ocurría hasta ahora, pues las marcas chinas se han mostrado absolutamente impermeables con sus socios europeos para la fabricación de baterías, cumpliendo una consigna dada por el Gobierno chino hace ya años.
Trabajar junto a los chinos en la fabricación de baterías y copiar su tecnología parece ser a día de hoy la única propuesta de Bruselas para una industria que necesita reformas mucho más profundas. Si alguien nos hubiera dicho en los años 90 que terminaríamos copiando a los chinos….