
ICCT insta a que se ofrezcan subvenciones y a que los fabricantes de coches inviertan en las metalúrgicas, si se quiere alcanzar el objetivo de emisiones «cero netas» en 2050.
Con precisión de reloj suizo, el lobby verde ICCT ha lanzado un comunicado sobre sus estimaciones de uso en automoción de acero libre de emisiones de CO2 en 2030. El anuncio llega justo en la semana en que Von der Leyen ha renovado su equipo y tiene una nueva directora para industrializar y descarbonizar la economía, en la persona de Teresa Ribera.
El comunicado se basa en un estudio elaborado a partir de los acuerdos de compromiso de compra ya firmados por las automovilísticas. El acero libre de fósiles aún no está disponible a escala comercial, pero algunos fabricantes de automóviles han hecho compromisos para 2030. Anticipan que se estará muy lejos de lo esperable para lograr alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Lejos del objetivo de 2030
El comunicado le recordará a Ribera que solo el 4% del acero comprometido por los fabricantes de automóviles para 2030 tiene bajas emisiones o es libre de fósiles, cuando el objetivo sería al menos el 25%. La industria automovilística consume el 12% del acero global, siendo el sector siderúrgico responsable del 7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
El informe señala al automóvil porque la intensidad de emisiones del acero utilizado por los fabricantes de automóviles está por encima de la media del sector metalúrgico.
Sugerencias a fabricantes y políticos
Además de mostrar un mayor compromiso con la firma de contratos de acero verde con las metalúrgicas, el informe recomienda a los fabricantes invertir en dichas empresas para el desarrollo de capacidades para producir sin fósiles. Recomiendan un ejercicio de transparencia, pues al divulgar las emisiones y el contenido de reciclado en los aceros que emplean, se fomentarían prácticas más sostenibles.

Una de las sugerencias del ICCT a los fabricantes es que reduzcan el peso de los vehículos. Sin embargo, ya es habitual el uso de aceros especiales en el automóvil, para conseguir esa ligereza pero, a la vez, carrocerías más resistentes ante un choque y más seguridad.
A los políticos los conminan a ofrecer subvenciones para la producción de aceros verdes y su incorporación a los vehículos. Y en el lado regulatorio, consideran necesario obligar a incorporar mayor contenido de acero reciclado y fomentar el diseño para el reciclado.
ICCT, el International Council on Clean Transportation, presentó el primer documento que analizaba las emisiones contaminantes de los diéseles más modernos y que precipitó la cascada de acontecimientos con la que comenzó el declive del motor diésel en el automóvil.