CEEES | 25/02/22
El Heraldo de Aragón conversó recientemente con Pilar Soto Avellanas, presidenta de la asociación de estaciones de servicio de Aragón, cuya entrevista reproducimos a continuación por su interés.
EL HERADO DE ARAGÓN | ACTUALIZADA 20/2/2022 A LAS 22:00
Subida récord del carburante: «A las estaciones de servicio no nos viene bien que los precios estén tan altos»
Las gasolineras notan que los clientes repostan menos con los combustibles tan caros, además de que las ventas siguen un 15% por debajo de los datos prepandemia. En el medio rural alertan de que pueden desaparecer sin ayudas.
Los precios de los carburantes continúan su escalada con máximos que notan los conductores al llenar el depósito. En lo que va de año han subido un 8,5%. El precio medio del litro de gasolina se ha situado en los 1,575 euros, un 1,09% más que hace una semana. El gasóleo se paga a 1,462 euros, un alza del 1,24%, y nuevo récord histórico. Colectivos como los transportistas han denunciado el lastre que supone para su actividad, ya que el combustible representa el 30% de sus gastos. Aunque se podría pensar que en momentos como estos las gasolineras multiplican sus beneficios, desde las aragonesas aseguran que a las pequeñas les perjudica.
El conflicto geopolítico en Ucrania sigue contribuyendo a que los precios se mantengan en máximos. «Siempre que hay algún tipo de tensión con los principales países productores de petróleo y aumenta considerablemente la demanda, los precios de los carburantes suben», explica Pilar Soto, presidenta de la asociación de estaciones de servicio de Aragón (Aesar), sobre la situación actual. «Rusia produce entre 10 y 12 millones de barriles de petróleo al día y EE. UU., más de 15 millones de barriles», añade. Por ello, destaca que «que el primer y el tercer productor mundial de petróleo protagonicen una escalada de tensión como la que se está viviendo en Ucrania no puede traer más que consecuencias negativas al precio del crudo».
Los perjudicados de la subida
«El consumidor es la primera víctima de la escalada de precios», reconoce Soto. Sin embargo, en la lista de perjudicados añade las propias estaciones de servicio, en su mayoría pymes familiares con poca capacidad de negociación con las grandes petroleras a las que compran el combustible, ahora a precios de récord. Además, «el nuestro es un negocio de volumen», apunta, y ahora este no se recupera. «Está demostrado que cuanto más caros están los carburantes menos cogen los automovilistas sus vehículos«. Por ello, señala que en momentos como el actual, cuando el carburante se paga en máximos «notamos que nuestro volumen baja, especialmente del vehículo del particular».
«Por eso, a las estaciones de servicio no nos viene bien que los precios estén tan altos», explica. Un descenso de consumo que se suma al que todavía no se ha recuperado tras la pandemia de covid-19. Desde Aesar se calcula que las ventas se encuentran aún un 15% por debajo de las registradas antes de la crisis sanitaria.
Amenaza de cierres en el medio rural
Las gasolineras situadas en el medio rural alertan de que sin apoyos de las administraciones pueden llegar a desaparecer. «No es un negocio rentable», confiesa Alberto Lozano, al frente de la estación de servicio Montepiedra, de la localidad zaragozana de Nuévalos. «Cuanto más sube, necesitamos más dinero para poder comprar. El margen es el mismo», afirma.
«En una zona rural no hay quien monte una estación de servicio. Si no las subvencionan van a desaparecer todas», advierte. Él ha seguido con el negocio que fundó su padre, donde trabajan tres personas, y trata de diversificar para conseguir más ingresos. Reparten gasoil para las calefacciones, cuentan con una pequeña tienda, bar, venden leña, carbón, tienen zona de lavado de coches y un pequeño taller, entre otros servicios. «Si fuera solo por la gasolina ya hubiéramos tenido que cerrar», reconoce. «El margen es pequeño y la competencia de las grandes superficies nos ha arrasado», apunta sobre las amenazas del sector. «Desde hace 15 años o te diversificas o la estación no es rentable», asegura.
La pandemia ha complicado más la situación de algunas. En su caso, dependen en parte del turismo, ya que se encuentra junto al Monasterio de Piedra. Los meses de confinamiento y cierres perimetrales fueron duros. Desde el año pasado han ido recuperando entre sus clientes a los procedentes del turismo. Recalca la importancia de mantener una red de estaciones de servicio en el medio rural . «Ya hay gente que tiene que venir a echar gasolina desde un pueblo, que tienen casi 45 minutos. Si cierro yo tienen que bajarse media hora más», pone como ejemplo.
Fuente: heraldo.es