La búsqueda de un automóvil que no contamine marca, desde hace unos años, el desarrollo de la industria de la automoción. Pese a que haya reparos debido a la autonomía de las baterías, en el caso de los eléctricos, o de si verdaderamente son vehículos con cero emisiones, en el caso de los híbridos, la movilidad verde es el futuro.
Aun así, la presión por fabricar coches eléctricos que sean más baratos, que lleguen más lejos y que sean más duraderos aprieta a todos los fabricantes y Tesla no iba a sufrir estas exigencias en menor medida.
La marca estadounidense, conocida en todo el globo por el desarrollo en exclusiva de vehículos 100% eléctricos (y por sus precios poco asequibles), se ha marcado un gol en propia puerta en lo que a filosofía se refiere. Han añadido a uno de sus modelos un extensor de batería que funciona con gasolina.
Una fábrica de ingeniería austríaca ha dotado al Tesla Model 3 de un cargador de batería que funciona con gasolina. El resultado es un coche eléctrico que puede llegar a recorrer 1.000 kilómetros sin necesidad de “repostar” y con una pila más duradera en el tiempo.
Con este cambio, el Tesla Model 3 (que estará disponible en esta versión en 2021 aproximadamente) pasa a tener un 40% más de eficiencia y sus emisiones siguen estando por debajo de la media de los coches híbridos o de los diésel. Este extensor de batería a gasolina no de ser paradójico pero permitirá alargar los años de uso de los coches eléctricos y mantener las emisiones nocivas a raya.