El empleado de la gasolinera hizo el gesto a un conductor tras una fuerte discusión por el pago de un combustible puesto por error
El dependiente se equivocó al poner gasolina de 95 en lugar de 98. | Efe
Hacer una peineta a un cliente no basta para justificar un despido disciplinario. Al menos si la discusión ha sido provocada por el cliente. La Sala de lo Social del TJSIB admite la demanda del empleado de una gasolinera que fue expulsado de la empresa después de un altercado con un conductor al que sacó el dedo corazón tras una discusión por el pago de un repostaje.