
El nuevo desarrollo de FPT puede formar parte de un sistema de economía circular ya que el hidrógeno puede ser producido a través de energías renovables como biometano, energía eólica o solar. El sistema de propulsión puede desarrollar una potencia máxima de 400 kw y comprende los tanques de hidrógeno, el módulo de célula de combustible, un paquete de baterías de iones de litio, el eje de transmisión eléctrico y un sistema de gestión de la energía.
Más en detalle, la pila de combustible suministra energía al eje eléctrico conectado a las ruedas, lo que asegura que el rendimiento esté alineado con el de un motor diésel, explican desde FPT. La duración de la celda de combustible está estimada en 20.000 horas y la autonomía del vehículo se calcula en 800 kilómetros.
De cara al futuro, los ingenieros de FPT Industrial destacan la validez de esta tecnología para su aplicación en el campo del transporte pesado de mercancías por carretera. Entre sus ventajas figuran las cero emisiones, un rendimiento y un peso similar a la tecnología diésel (la reducción de peso es de un 70% frente a un camión eléctrico de 44 t de masa máxima autorizada), y un tiempo de carga seis veces más rápido que un camión eléctrico (20 minutos frente a dos horas).