Bruselas relajó recientemente las normativas de emisiones, lo que supone un balón de oxígeno clave para los coches con motor de combustión

A partir de 2035 estará prohibido vender coches de combustión
Esta decisión ha supuesto un giro inesperado en los planes de los fabricantes, que han replanteado sus planes productivos favoreciendo la producción de vehículos híbridos con motores de combustión, ya sean gasolina o diésel.
Muchos híbridos por delante
Hace ya meses que en las fábricas de coches se impuso la postura multienergía, uno de los grandes aciertos de Stellantis, que permite producir coches híbridos y eléctricos en las mismas líneas de montaje, algo similar a lo que se hace en las líneas de montaje tradicionales con los motores diésel y gasolina, que se van intercalando en función de la demanda.
Esto permitirá que en función de las ventas los fabricantes vayan adaptando el volumen de coches eléctricos y de combustible que fabrican en función a lo que piden los consumidores, que al final son los que se echan mano al bolsillo para pagar los coches.

La fábrica de Volkswagen Navarra es una de las afectadas por esta decisión
Así las cosas fabricantes como el Grupo Volkswagen o Stellantis ya se plantean seguir fabricando coches de combustión, siempre híbridos, más allá de 2030.
A diferencia de lo que ocurría hace unos años, cuando 2025 marcaba el final de la fabricación de coches de combustión, a día de hoy los fabricantes ya evitan declarar una fecha oficial para finalizar la producción de los coches con motor térmico.
Todo ello independientemente de que la prohibición oficial firmada por Bruselas hace años no permite seguir vendiéndolos en los concesionarios a partir de 2035, una fecha que también podría estar en el aire si tenemos en cuenta lo ocurrido hace unas semanas con las multas por emisiones.
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