• Si se cierra el estrecho de Ormuz 20 millones de barriles tendrán que buscar una ruta alternativa
  • El cártel tiene ahora una capacidad excedente de producción de 6,88 millones de barriles diarios

 

Una bandera de Irán con una sombra de una plataforma petrolífera proyectada encima
Irán produce más de 3 millones de barriles diarios de petróleo. Foto: Dreamstime
 
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La escalada bélica que se ha producido esta semana en Oriente Medio, por el ataque con misiles balísticos de Irán a Israel, ha puesto en tensión a los mercados del petróleo. El barril Brent europeo ha pasado delos 71,7 dólares en los que cotizaba antes del ataque, hasta los 78,7 dólares, una subida de casi el 10% en apenas cuatro jornadas de mercado. El último impulso alcista que ha vivido el petróleo se enmarca en un contexto de sobreoferta mundial de crudo, una situación que había llevado a los precios del barril a tocar mínimos del año, en septiembre, por debajo de los 70 dólares en el caso del Brent.

El contexto fundamental de fondo no ha cambiado: sobra petróleo, en un momento de débil demanda y una oferta que, incluso estando limitada artificialmente por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos (la OPEP+), sigue superando al consumo mundial. El último repunte se basa en el temor de que Israel contraataque a Irán atacando sus instalaciones de petróleo, y borre del mapa hasta 3,3 millones de barriles de oferta que produce en este momento el país chií. Después de reconocer el presidente estadounidense Joe Biden que este plan se está debatiendo, los precios se dispararon con especial virulencia en la jornada del jueves.

La incógnita que se plantea ahora es si los países que tienen capacidad excedente de producción podrían suplir el petróleo de Irán en el mercado en caso de que este desapareciese. La respuesta es que sí, y con creces, pero con un matiz: siempre y cuando no se cierre el estrecho de Ormuz, el punto de transporte de crudo más importante del planeta, y por el que transita el 20% de la producción global de la materia prima.

La OPEP y el estrecho, en cifras

A priori, podría parecer que los mercados se han dejado llevar esta semana por el sentimiento en las subidas que se han producido en el precio del petróleo. Arabia Saudí, por sí sola, puede abrir los grifos si se necesita y suplir prácticamente toda la producción de Irán, si esta desapareciese del mapa. Arabia cuenta con una capacidad excedente de producción del entorno de 3 millones de barriles diarios, y si se suma la que tienen sus compañeros de la OPEP, esta cifra es cercana a los 6,4 millones de barriles diarios (6,8 millones de barriles, menos los 500.000 barriles de capacidad excedente que tiene Irán, que no contarían en la ecuación).

 

El banco estadounidense Citi destaca en su último informe varios escenarios, en función de cómo sea el ataque de Israel. Para Citi, el peor escenario, «si Israel atacase las terminales de exportación de Irán y destruyese el 90% de las mismas, reduciría la oferta en torno a 1,5 millones de barriles diarios», ya que también hay que tener en cuenta que buena parte de la producción de crudo iraní se destina al mercado doméstico.

Así, el verdadero peligro reside en la posibilidad de que se cierre el Estrecho de Ormuz, un paso estratégico de la materia prima que, según los datos de la Administración de Energía de Estados Unidos, es la zona por la que pasa el 20% de la oferta mundial de crudo, unos 20 millones de barriles diarios de petróleo. Esto sí supondría un deterioro de la oferta suficiente como para disparar, y mucho, los precios del crudo. Para hacerse una idea, Bank of America destacaba en el último trimestre del año pasado que «si el estrecho de Ormuz se cerrara durante un tiempo significativo, el petróleo podría superar los 250 dólares».

En el mismo sentido, Thomas Hempell, responsable de análisis macro de Generali AM, reconoce que «un acontecimiento extremo de este tipo podría hacer subir significativamente los precios del petróleo por motivos de escasez de suministro». Citi, por su parte, insiste en que «cualquier cierre del Estrecho de Ormuz representará un punto de inflexión para el mercado global de petróleo y para la economía mundial», pero también considera que se trata de «un escenario poco probable».

Eso sí, en la misma línea que Bank of America, Citi avisa de que sería un hito realmente preocupante para el mercado, aunque no imposible de solucionar. «Si ocurre, los mercados de petróleo estarían en aguas desconocidas, y los precios probablemente se dispararían por encima de los máximos históricos. Eso sí, creemos que sería algo temporal, a medida que las fuerzas de mercado se adaptan y buscan rutas alternativas», destacan.

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