Autónomos y pymes creen que la sobrerregulación, la burocracia y la elevada fiscalidad frenan su crecimiento.

21/02/25 – 00:56
 

Más de la mitad de los pequeños y medianos empresarios españoles consideran que la sobrerregulación, la burocracia y la fiscalidad son los principales frenos para el crecimiento de sus negocios, según un reciente informe de Funcas. Según especifican, estas trabas no sólo dificultan la operativa diaria, sino que además desincentivan la inversión y la expansión empresarial.

El estudio de la fundación de las antiguas cajas de ahorros revela que un 55,1% de los empresarios considera que la fiscalidad es su mayor obstáculo. Además, un 33,9% señala la regulación laboral como un problema acuciante; mientras que un 33,5% critica el exceso de burocracia innecesaria.

Además, uno de cada cuatro empresarios (el 23,9%) considera que el comportamiento de las élites políticas es un freno para los negocios. Lo que refuerza la sensación de que el entorno institucional no favorece el emprendimiento. Estas cifras reflejan una preocupación generalizada sobre el entorno regulador y fiscal en España, que muchos autónomos con negocios consideran restrictivo y poco favorable para el emprendimiento.

En este sentido, y en la entrevista concedida hace poco a este medio por Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), el dirigente advirtió que en España “se le pone cada día una nueva zancadilla al que emprende y genera empleo”. Sus palabras están exactamente en la misma línea que las respuestas de los empresarios encuestados por Funcas, que denuncian que las políticas económicas actuales, además de no apoyar la actividad empresarial, la entorpecen.

Los empresarios no confían en el uso que se da a los impuestos que pagan

A su vez, Elisa Chuliá, profesora de Sociología de la UNED e investigadora sénior de Funcas, identificó a este diario tres grandes problemas: la fiscalidad, la regulación legal-administrativa, pero sobre todo la percepción social del empresario. Según explicó, “las objeciones respecto a la imposición no residen tanto en el volumen de los impuestos, sino en el uso que se les da a lo recaudado”.

Así, según la experta de este think-tank, uno de los principales problemas es la falta de confianza en la Administración y en cómo se utilizan los impuestos. “Muchas personas que dirigen o gestionan empresas en España opinan que los diversos impuestos que se pagan por desarrollar la actividad empresarial no se utilizan de forma eficiente”, señaló Elisa Chuliá. Y esta sensación refuerza la idea de que el sistema fiscal es una carga, más que una herramienta de desarrollo.

El marco legal-administrativo es otro de los grandes problemas. “Los empresarios lo consideran excesivamente prolijo y limitante”, afirmó la investigadora de Funcas, lo que supone un obstáculo para los negocios. A lo que cabe añadir que las diferencias entre comunidades autónomas dificultan la operativa empresarial, generando un entorno aún más confuso e inestable.

La inseguridad jurídica y la sobrerregulación son problemas recurrentes en las respuestas de los empresarios encuestados, al decir de Elisa Chuliá. “Les preocupa la profusión normativa y las dificultades para adaptarse a ella cuando no se dispone de departamentos específicos”, explicó en alusión a los pequeños negocios.

En este sentido, la complejidad regulatoria, además de suponer un obstáculo, sin duda aumenta el riesgo de incumplimientos involuntarios. “Y en todo caso, la falta de certeza sobre si se está actuando conforme a la legislación vigente genera un entorno de incertidumbre”, advirtió la profesora de la UNED.

Sólo el 13% de los autónomos recomendaría a sus hijos que emprendieran un negocio

Además, la inestabilidad política contribuye a agravar esta inseguridad. “Sentirse al albur de la política es una sensación particularmente desagradable para las empresas”, afirmó la experta. Para quien está también el problema de que los autónomos con negocios ven deteriorada o insuficientemente valorada su imagen entre la sociedad española actual. “No consideran que la sociedad aprecie en su justa medida su contribución a la economía y al empleo”. Hasta el punto de que sólo un 13% de los autónomos recomendaría a sus hijos que emprendieran un negocio.

En opinión de la experta, esta percepción negativa de quienes están al frente de los negocios puede afectar el emprendimiento a largo plazo. “Puesto que las iniciativas en el mundo de los negocios surgen más probablemente en los espacios en los que quienes las trazan y desarrollan son percibidos como personas valiosas y audaces”, sostuvo.

Según explicó, si la sociedad no cambia su percepción del empresario y no lo ve como lo que realmente es, un generador de empleo y riqueza, será difícil que el emprendimiento en España se fortalezca. Este problema cultural es, según el estudio, otro de los factores que frena la puesta en marcha de nuevos negocios.

Por eso, para mejorar el clima emprendedor en España, Elisa Chuliá considera clave cambiar la narrativa pública sobre los empresarios. “Sería importante que las élites políticas y culturales, en sus discursos sobre la sociedad y las formas de mejorarla, en lugar de omitir a los negocios –o, en ocasiones, retratarlos como antisociales–, articularan discursos en los que los empresarios aparecieran como actores imprescindibles”.

En cuanto a las reformas propuestas por los autónomos con negocios, el estudio de la fundación de las antiguas cajas de ahorros revela que un 48% de los empresarios considera que el ámbito que más urge reformar es la Administración, seguido del sistema fiscal (41%) y del sistema educativo (40%). Mientras que los hombres encuestados priorizan la reforma de la fiscalidad, las mujeres empresarias muestran mayor interés en los cambios en la educación y en la gestión de la función pública​,

Esta falta de reconocimiento y el exceso de trabas administrativas crean un entorno que desmotiva a los emprendedores. De ahí que una mayor transparencia en el uso de los impuestos y la simplificación del marco normativo ayudarían a mejorar la confianza en el sistema. Si bien, uno de cada diez empresarios identifica también el acceso a la financiación regular como un obstáculo importante.

Pese a todo lo anterior, los negocios de algunos sectores muestran oportunidades de crecimiento interesante. “Sin duda, por ejemplo, el de las nuevas tecnologías y, en general, aquellos sectores que no sean muy intensivos en mano de obra”, concluyó la experta, pues un 12,4% de los encuestados menciona la escasez de mano de obra en ciertos sectores como una barrera para su negocio.

El problema es que muchos empresarios manifiestan no encontrar la mano de obra cualificada que necesitan. “Y anticipan que encontrar el talento va a ser un problema creciente. Aunque también hay oportunidades en sectores tradicionales, como el turismo. Sin embargo, el gran obstáculo sigue siendo el mismo: la dificultad y el coste de iniciar un negocio.

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