La Comisión propone ampliar a tres años el periodo de cumplimiento de los objetivos de reducción de CO2. «Supone un mayor respiro para la industria, significa también más claridad», afirma la presidenta
Daniel Viaña Corresponsal Bruselas
Actualizado Lunes, 3 marzo 2025 – 14:53
Los fabricantes de coches tendrán tres años para cumplir los objetivos de reducción de emisión de CO2, lo que supone una nueva contención en la transición verde y evita que las compañías tengan que pagar los hasta 15.000 millones de euros en multas a los que se enfrentaban, según las estimaciones del sector. La norma marca que la reducción se debe completar ya este año, pero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha adelantado este lunes esa «flexibilización» que las empresas le habían pedido en numerosas ocasiones, ya que no estaban en disposición de cumplir con las exigencias europeas y las sanciones a las que se enfrentaban amenazaban con lastrar todavía más a un sector ya muy debilitado.
«Propondré una enmienda a la normativa de estándares de emisiones de CO este mes. En lugar del cumplimiento anual, las empresas tendrán tres años. Los objetivos son los mismos, deben cumplir los objetivos, pero supone un mayor respiro para la industria, significa también más claridad, sin cambiar los objetivos acordados», ha asegurado Von der Leyen ante la prensa tras reunirse este lunes en Bruselas con las marcas.
«Estoy segura de que el Parlamento Europeo y el Consejo podrán aprobar rápidamente una enmienda tan específica, porque, por supuesto, sólo tiene sentido si se aprueba rápidamente», ha incidido. El reglamento, en concreto, establece una reducción del 15% en las emisiones de CO2 ya este año respecto a las de 2021. La Comisión mantenía que no era necesaria una revisión dado que los fabricantes conocían ya desde 2019 el calendario, pero las marcas han presionado para esta flexibilización. Sostienen que esa reducción sólo se puede conseguir aumentando la proporción de vehículos eléctricos o híbridos, pero que la venta de este tipo de coches es todavía muy reducida dado el alto coste, especialmente en el caso de los fabricados en Europa.
Y que si además tenían que abonar esos 15.000 millones, la situación no haría más que agudizarse: más costes para los fabricantes, menos capacidad de innovación y menos capacidad de competir con los fabricantes asiáticos y estadounidenses.
El resultado ha sido esta nueva flexibilización de la normativa verde que se produce, además, apenas unos días después del paquete de simplificación que presentó la Comisión la pasada semana. La vicepresidenta para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera, trató de negar que se haya producido un freno en el proceso, pero las palabras de Von der Leyen señalan lo contrario y en ese paquete de simplificación, por ejemplo, se reducen de manera notable las obligaciones ligadas con la transición. El espíritu en Bruselas es que sí, hay que ir hacia la descarbonización, pero sin que las empresas europeas pierdan todavía más competitividad por el camino. Es un cambio sustancial.
Plan de rearme
En la misma rueda de prensa, la alta funcionaria alemana también ha adelantado que mañana martes trasladará a los países miembro su plan para aumentar el gasto militar europeo. «Necesitamos sin ninguna duda un aumento masivo [del gasto] en Defensa. Queremos una paz duradera pero una paz duradera sólo se puede construir con fuerza y la fuerza empieza por reforzarnos nosotros mismos», ha señalado.
Una parte del desembolso tendrá que ser a través de los Presupuestos de los países, y para ello la Comisión quiere activar la cláusula de escape nacional y que la inversión que los países hagan en Defensa no se compute en términos de déficit excesivo. Si hay una desviación como consecuencia de un aumento en el desembolso militar, esta medida impedirá que el país sea sancionado por Bruselas.
Pero además, Von der Leyen quiere un «instrumento europeo» que puede ir desde la emisión de deuda común, hasta la reactivación de los 93.000 millones de euros en créditos dentro del fondo de recuperación que no fueron solicitados por los países. Y a todo ello habrá que sumar el posible papel que juegue el Banco Europeo de Inversiones (BEI) que preside Nadia Calviño.