El mercado de los combustibles no deja de sorprender al conductor. Tanto puede levantarse un día en el que llenar el depósito le cueste 80 euros como ir al día siguiente y que ya suba a 90 (que baje es lo raro). Especialmente para aquellas personas que tuvieron la desgracia (antes la fortuna) de optar por comprar un coche a gasoil en vez de a gasolina.

Si hace poco más de un mes lo que nos preocupaba a todos era ver que los surtidores no daban bajado de la barrera de los 2 euros para regresar a una cifra (tras aplicar la bonificación de 20 céntimos del Gobierno) relativamente ‘normal’, ahora lo que preocupa es la abismal diferencia entre el coste de un litro de gasóleo A y de un litro de gasolina 95.

Nada menos que 15 céntimos separan ambos combustibles, algo nunca visto en la historia. Así las cosas, el litro de gasoil cuesta en estos momentos en las gasolineras gallegas 1,914 euros de media, mientras que el de gasolina está a 1,765 euros (es decir, a poco más de euro y medio tras el descuento).

Lo que parece hablando de céntimos una diferencia pequeña, se traslada en la práctica a que llenar un depósito de 50 litros de gasoil cuesta 95,7 euros (sin la bonificación de 20 céntimos), mientras que llenarlo con gasolina cuesta 88,2 euros. Siete euros y medio de ahorro (o de desahorro), casi nada.

En meses anteriores, nunca se había dado una situación similar, de hecho, dentro del propio mes de septiembre, el día que más caro estuvo el combustible fue el 1, cuando el litro de gasóleo A costaba 1,953 euros, y el de gasolina, 1,821. En aquel momento la diferencia era de 0,132 euros, dos céntimos por debajo de la diferencia actual.

SEMEJANTE DISTANCIA ENTRE AMBOS CARBURANTES SOLO SE DIÓ A LA INVERSA. En agosto, cuando también el gasoil estaba más caro que la gasolina, la máxima diferencia se registró el día 31: 1,952 euros frente a 1,824 (+ 0,13).

Retrocediendo en el tiempo hasta julio, en aquel mes la situación era la habitual: la gasolina estaba más cara que el gasóleo, pero ni siquiera en esa circunstancia llegó a haber una diferencia entre ambos combustibles superior a 15 céntimos. De hecho, ese mes, el día de mayor distancia entre gasoil y gasolina fue el 13: 1,994 euros frente a 2,072 (- 0,078).

En junio y mayo se igualaron los quince céntimos actuales. El día de mayor separación en junio fue el 1, con el gasóleo a 1,906 euros y la gasolina a 2,064 (- 0,158); y en mayo fue el día 30, con el diésel a 1,89 y la gasolina a 2,042 euros (- 0,152).

En abril, mes a partir del que el Gobierno comenzó a aplicar la rebaja de 20 céntimos por litro, fue cuando precisamente el gasoil estaba (como ahora) más caro que la gasolina. Eso sí, en todo el mes nunca hubo gran diferencia entre ambos. De hecho, el peor día puede fijarse en el 27, con el litro de diésel a 1,872 euros y el de gasolina a 1,84 (+ 0,032).

Y en marzo, primer mes en el que comenzaron a sentirse los efectos de la guerra de Ucrania (había empezado el día 23 de febrero), arrastrados al plano de los combustibles, la gasolina el día 1 estaba a 1,653 euros frente a los 1,542 del gasóleo (- 0,111). Aproximadamente en once céntimos de diferencia entre ambos carburantes se mantenía la horquilla también en los primeros meses del año, en febrero y enero.

NUEVO PUNTO DE INFLEXIÓN: EL PASADO 15 DE AGOSTO. Para encontrar el inicio de esta tendencia alcista del gasóleo (algo que ya había sucedido, como hemos visto, en el mes de abril), hay que retroceder algo más de un mes en el tiempo, hasta el pasado 15 de agosto. Fue ese el día en que, nuevamente, los precios de diésel y gasolina volvieron a encontrarse, costando el litro de ambos 1,821 euros (1,621 con el descuento).

Desde aquel entonces, la gasolina, lejos de incrementar su precio, incluso lo ha disminuido notablemente, pues teniendo en cuenta que en estos momentos se sitúa en los 1,764 euros por litro, cuesta casi 6 céntimos (-0,057 euros) menos que en aquel momento. Mientras que el gasoil ha pegado un repunte enorme, llegando ahora a los 1,914 euros, esto es, nueve céntimos más caro que a mediados de agosto (+ 0,093 euros).

Por suerte, parece que en estos momentos ambos combustibles están bajando, aunque muy lentamente, sus precios. Esperemos que octubre sea un mes en el que celebrar que volvemos a pagar por llenar el depósito un precio razonable, sin arruinarnos.