GASTÓ SOLO 5,75 KILOS DE COMBUSTIBLE
Si los 1.003 kilómetros recorridos hace meses en Francia con un Mirai ya parecían una cifra soberbia, desde California, y acreditada por Guinness World Records, nos llega otra hazaña
Para valorar en su justa medida el nuevo récord, quizás convenga empezar poniéndonos en situación, y sabiendo que el Toyota Mirai, en su segunda generación disponible en España desde principios de año (precios desde 65.000 euros), es un vehículo 100% eléctrico animado por una pila de combustible, de manera que es el hidrógeno almacenado en sus depósitos el que va generando la electricidad al reaccionar con el oxígeno del aire, produciendo en esa reacción electrolítica dos cosas: por un lado, energía destinada al motor eléctrico de 182 CV que mueve las ruedas traseras, por otro, agua, que es el único residuo. Y los tres tanques de hidrógeno que equipa esta berlina de cinco plazas y 4,98 metros totalizan 5,6 kilos de capacidad, que dan para cubrir teóricamente 650 kilómetros porque el consumo medio homologado ronda los 0,8 kg/100 km.
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Hasta ahí, la versión oficial. Pero en la práctica, y a base de realizar una conducción muy eficiente, los promedios pueden ser más bajos, como demostraban hace unos meses un grupo de especialistas franceses que en una ruta por carretera, y lógicamente con tráfico abierto, recorrieron 1.003 kilómetros con una recarga del Mirai, lo que ya parecía difícil de batir. Sin embargo, desde California nos llega un nuevo récord que tiene como protagonista al avanzado modelo de Toyota, y que ha entrado por pleno derecho en el Guinness World Records: 1.360 kilómetros con los 5,6 kilos de hidrógeno (5,75 según la medición definitiva) que caben en los tanques del Mirai, es decir, la distancia más larga jamás lograda sin repostar por un vehículo eléctrico de pila de combustible. Y con un dato añadido que da más valor a la gesta: el repostaje del hidrógeno llevó solo cinco minutos, que es lo que Toyota anuncia como tiempo medio para realizar la operación.
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El resultado se ha dado a conocer ahora, pero la prueba fue realizada en un viaje de ida y vuelta por el sur de California los días 23 y 24 de agosto, y siempre bajo la observación de los responsables del ‘Guinness’, que comprobaron cómo Michael Empric, el ideólogo del reto, precintaba la tapa del depósito nada más rellenar de hidrógeno el Mirai en el inicio de la ruta, precinto que solo se rompería 1.360 kilómetros después para cargar los 5,75 kilos gastados por Wayne Gerdes, piloto profesional especializado en largas distancias, y su copiloto Bob Winger. Las instalaciones del Toyota Technical Center (TTC) en la localidad californiana de Gardena, sede del equipo de desarrollo de pila de combustible de Toyota, fue el punto elegido para tomar la salida, y desde ahí Gerdes y Winger pusieron rumbo al sur, hacia San Ysidro, cerca de San Diego, para regresar después hacia el norte, en dirección a Santa Bárbara, pasando por Santa Mónica o la playa de Malibú, y recorriendo la carretera de la costa del Pacífico, para alcanzar de nuevo el aparcamiento del TTC tras haber cubierto los primeros 761 kilómetros con solo dos cambios de conductor durante la jornada.
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El segundo día, la ruta se centró en itinerarios más locales, completando otros 599 kilómetros más durante las horas punta de mañana y tarde en la autovía de San Diego entre Los Ángeles y Orange County, hasta que el Mirai se quedó finalmente sin hidrógeno y fue trasladado al TTC con un total de 1.360 kilómetros en su haber. Durante el recorrido, en el que la temperatura osciló entre un mínimo de 18 grados y un máximo de 28, el Mirai había consumido un total de 5,75 kilos de hidrógeno, emitiendo cero gramos de CO2, cuando según los autores del récord un motor de combustión interna convencional habría emitido unos 301 kilos de CO2 para cubrir la misma distancia. Si pensamos en unas emisiones medias de CO2 de 150 g/km, a nosotros nos salen 204 kilos de dióxido de carbono en un modelo con motor diésel o de gasolina, pero la diferencia sigue resultando abismal.
Para valorar en su justa medida el nuevo récord, quizás convenga empezar poniéndonos en situación, y sabiendo que el Toyota Mirai, en su segunda generación disponible en España desde principios de año (precios desde 65.000 euros), es un vehículo 100% eléctrico animado por una pila de combustible, de manera que es el hidrógeno almacenado en sus depósitos el que va generando la electricidad al reaccionar con el oxígeno del aire, produciendo en esa reacción electrolítica dos cosas: por un lado, energía destinada al motor eléctrico de 182 CV que mueve las ruedas traseras, por otro, agua, que es el único residuo. Y los tres tanques de hidrógeno que equipa esta berlina de cinco plazas y 4,98 metros totalizan 5,6 kilos de capacidad, que dan para cubrir teóricamente 650 kilómetros porque el consumo medio homologado ronda los 0,8 kg/100 km.
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Hasta ahí, la versión oficial. Pero en la práctica, y a base de realizar una conducción muy eficiente, los promedios pueden ser más bajos, como demostraban hace unos meses un grupo de especialistas franceses que en una ruta por carretera, y lógicamente con tráfico abierto, recorrieron 1.003 kilómetros con una recarga del Mirai, lo que ya parecía difícil de batir. Sin embargo, desde California nos llega un nuevo récord que tiene como protagonista al avanzado modelo de Toyota, y que ha entrado por pleno derecho en el Guinness World Records: 1.360 kilómetros con los 5,6 kilos de hidrógeno (5,75 según la medición definitiva) que caben en los tanques del Mirai, es decir, la distancia más larga jamás lograda sin repostar por un vehículo eléctrico de pila de combustible. Y con un dato añadido que da más valor a la gesta: el repostaje del hidrógeno llevó solo cinco minutos, que es lo que Toyota anuncia como tiempo medio para realizar la operación.
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El resultado se ha dado a conocer ahora, pero la prueba fue realizada en un viaje de ida y vuelta por el sur de California los días 23 y 24 de agosto, y siempre bajo la observación de los responsables del ‘Guinness’, que comprobaron cómo Michael Empric, el ideólogo del reto, precintaba la tapa del depósito nada más rellenar de hidrógeno el Mirai en el inicio de la ruta, precinto que solo se rompería 1.360 kilómetros después para cargar los 5,75 kilos gastados por Wayne Gerdes, piloto profesional especializado en largas distancias, y su copiloto Bob Winger. Las instalaciones del Toyota Technical Center (TTC) en la localidad californiana de Gardena, sede del equipo de desarrollo de pila de combustible de Toyota, fue el punto elegido para tomar la salida, y desde ahí Gerdes y Winger pusieron rumbo al sur, hacia San Ysidro, cerca de San Diego, para regresar después hacia el norte, en dirección a Santa Bárbara, pasando por Santa Mónica o la playa de Malibú, y recorriendo la carretera de la costa del Pacífico, para alcanzar de nuevo el aparcamiento del TTC tras haber cubierto los primeros 761 kilómetros con solo dos cambios de conductor durante la jornada.
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