Maarten Wetselaar (Países Bajos, 1968) es consejero delegado de Cepsa desde enero de 2022, después de una amplia experiencia de 25 años en Shell y de haber trabajado en cuatro continentes.

Wetselaar ha puesto en marcha la nueva estrategia, Positive Motion, que aspira a convertir a la compañía en uno de los líderes del hidrógeno verde, los biocombustibles, y la movilidad eléctrica tanto en España como en Portugal a finales de esta década con unas inversiones proyectadas de 8.000 millones. En la primera entrevista que el nuevo consejero delegado de Cepsa concede a un medio económico, el directivo pone el foco en la necesidad de buscar vías de diálogo con el Gobierno ante un impuesto que considera desproporcionado e injusto.

¿Está Cepsa arrimando el hombro y siendo empática con los españoles como pide la vicepresidenta Ribera?

Sin duda. Estamos arrimando el hombro y lo vamos a seguir arrimando. Es una situación dura para la sociedad en su conjunto y ser solidarios forma parte de nuestro ADN. En plena pandemia, lo hicimos asumiendo pérdidas millonarias para nuestro negocio y ahora seguimos cooperando: hemos contribuido en el descuento a los combustibles desde abril de este año conscientes de lo excepcionalidad del momento. Además, hemos estresado al máximo nuestro flujo de caja para, a través de nuestros programas de fidelización, ofrecer un descuento de hasta 50 céntimos por litro de combustible a nuestros clientes. Hasta el punto de prácticamente no ganar dinero en la red de estaciones. En paralelo, este año hemos lanzado nuestra ambiciosa estrategia, Positive Motion, que supone una transformación radical de Cepsa para ser una empresa más sostenible y verde lo que a larga hará posible una energía más barata para la población y facilitará la descarbonización de todos nuestros clientes. Esta transformación supondrá la creación de unos 17.000 puestos de trabajo en Andalucía en esta década.

¿Qué opinión le merece el nuevo impuesto que está planteando el Gobierno sobre las empresas energéticas?

España tienen ante sí una fantástica oportunidad de liderar la transición energética en Europa y de convertirse en el nuevo Golfo Pérsico de las energías renovables dada las ventajas únicas que tiene para producir hidrógeno verde. Una oportunidad histórica que nunca había tenido en el pasado, que el Gobierno tiene entre sus objetivos prioritarios y que no podemos desaprovechar. Por eso no se puede confundir lo urgente con lo importante ni hay que tomar decisiones precipitadas o equivocadas que no benefician a la larga a nadie. Los altos precios energéticos o la crisis de Ucrania no deben impedirnos ver las cosas relevantes a largo plazo. Creo que la encrucijada que vive el sector energético español se necesita más diálogo entre las partes, más diálogo sosegado y constructivo entre las empresas, el Gobierno y los políticos.

Se quiere poner un impuesto extraordinario, pero hay que preguntarse para qué. Porque hay que tener muy presentes los riesgos latentes: posible freno a la transición, a la llegada de capital, etc. Son preguntas que debemos hacernos y cuyas respuestas debemos elaborar con datos objetivos. Tiendo la mano al Gobierno para abrir vías de diálogo y encontrar las mejores soluciones de largo plazo para todos. En tiempos de crisis en el sector energético es clave que la industria y el Gobierno trabajen juntos y eviten la confrontación.

Entonces, ¿no le gusta el impuesto?

En épocas difíciles como la actual los que más recursos tienen deben contribuir más. Pero tal y como está diseñado el impuesto, no parece proporcional ni justo ni eficaz. Se trata de un impuesto que para nosotros supondría pagar más que la media de nuestro beneficio en España en los últimos cinco años. Tendríamos que pagarlo en 2023-2024 incluso si tuviésemos pérdidas. No es de extrañar que ningún país europeo esté adoptando este mecanismo basado en las ventas y no en el beneficio. Ni siquiera Italia, a la que se suele citar como precedente.

¿Cómo lo ven sus propietarios, Mubadala y Carlyle?

Los fondos en esta y en todas las empresas buscan seguridad y reglas de juego estables e iguales para todos; estando dispuestos a invertir grandes sumas de dinero en aquellos países que ofrecen las condiciones adecuadas. En este sentido, decisiones como la adoptada pueden poner en riesgo tanto la inversión como el crecimiento futuro.

¿Cómo puede afectar este nuevo impuesto al ritmo inversor de la compañía? ¿Está en riesgo el empleo?

Estamos comprometidos a convertir a España en el líder del hidrógeno verde y por eso hemos lanzado nuestra estrategia Positive Motion. Pero si detraen del sector energético los 2.000 millones anuales que el impuesto pretende de siete compañías en un contexto de alta volatilidad, y de posible recesión económica, hay muchas posibilidades de que el ritmo inversor se ralentice. Y en consecuencia se resienta el empleo. Por eso creo que deberíamos dialogar todos en las próximas semanas durante la tramitación de esta proposición de ley. Es importante proteger a aquellos que invierten en las infraestructuras críticas en España: el sector tiene una enorme tarea por delante para impulsar la transición y nuestra autonomía energética.

Los precios de los carburantes se mantienen en niveles históricamente altos, al igual que el margen de refino de las compañías. ¿Están compensando las compañías las pérdidas registradas durante el Covid?

Todavía estamos recuperándonos de las enormes pérdidas de 2020 provocadas por la pandemia. Los márgenes del refino, que había subido en los últimos meses, han vuelto a bajar en agosto. Cabe recordar que la rentabilidad media del refino en la última década, incluido este año, es de casi un 5%. ¡Un beneficio no muy extraordinario! Además, las previsiones no son halagüeñas, en especial si la economía española entra en recesión.

¿Qué papel puede jugar Cepsa para mejorar la garantía de suministro energética en Europa?

Cepsa ha tenido y tiene un rol fundamental como garante del suministro energético en España. Nuestras refinerías se cuentan entre las más competitivas de Europa por las grandes inversiones que hemos hecho en los últimos años. Con la nueva estrategia Positive Motion, que aspira a que a finales de la década seamos líderes en hidrógeno verde y biocombustible, contribuiremos a mejorar más la garantía de suministro y su acceso. Para ello, la regulación y el contexto económico nos tiene que incentivar y no poner trabas. España tiene una clarísima oportunidad de ser un gran hub de hidrógeno verde en Europa.

El nuevo plan de la UE, Repower EU apuesta por un impulso del hidrógeno para sustituir el gas ruso. ¿Qué medidas está tomando la compañía para asegurarse el acceso a gas para sus clientes industriales?

Nuestros clientes industriales no van a tener ningún problema. Todos nuestros suministradores son muy fiables y con ellos tenemos firmado acuerdos de aprovisionamiento para toda la década. También les ayudaremos a encontrar soluciones para descarbonizarse, como el hidrógeno verde.

Las relaciones entre España y Argelia se han deteriorado, ¿cómo está afectando a su negocio?

Tenemos una relación privilegiada con Argelia y Sonatrach desde hace tres décadas. Argelia ha sido para nosotros, que somos unos de los grandes importadores de gas natural, un socio estable y un mercado en el que hemos invertido mucho. Solo deseo que pronto se restablezca la normalidad política.

Fuente: eleconomista.es