- La apuesta por la electrificación y la protección del medio ambiente abocan a los motores de combustión hacia su desaparición
La industria de la automoción se prepara para afrontar en los próximos años el mayor reto de su historia. Los protocolos medioambientales para reducir las emisiones de CO2 y garantizar la calidad del aire va a suponer la eliminación progresiva de los vehículos equipados con motores de combustión interna. En este contexto, los coches de gasolina y diésel están bajo el punto de mira de las autoridades comunitarias y enfilan la recta final de su existencia.
Los fabricantes llevan tiempo preparándose para el cambio de chip. De hecho, la gama de vehículos electrificados es cada vez más amplia, pero aun así todavía queda un largo camino por recorrer hasta que el coche eléctrico y autónomo se convierta en el nuevo centro de gravedad de las marcas. Algunos fabricantes, eso sí, ya han anunciado la fecha en la que dejarán de producir vehículos diésel, una tecnología estigmatizada desde que en septiembre de 2015 estalló el escándalo de Volkswagen en Estados Unidos, el famoso Dieselgate.

Limitar las emisiones es el reto al que se enfrenta la industria del automóvil
Diversos fabricantes han dejado de producir versiones diésel de algunos de sus modelos más icónicos. Es el caso de Nissan con el Qashqai o Dacia con el Sandero. Sin embargo, otras firmas han optado por hacerlo extensivo a toda la gama de su catálogo. Algunas han abandonado esta tecnología y otras han anunciado cuándo van a dar un paso al costado, como podemos ver a continuación.