El presidente de la patronal europea de fabricantes (ACEA), Luca de Meo, tiene claro sobre quién tiene que recaer el mayor esfuerzo a la hora de comprar vehículos eléctricos: los bolsillos más acaudalados.
El dirigente italiano, también consejero delegado de Grupo Renault, ha apuntado que «la transición al eléctrico la van a tener que pagar la gente que tiene pasta, los ricos». En la actualidad, «el 40% del valor de un coche eléctrico es precio de la batería». De Meo ha asegurado en el marco del IV Foro Anfac que «los eléctricos seguirán siendo caros», aunque ha reconocido que «un día vamos a alcanzar el nivel de coste».
El directivo ha comentado que «es un momento crucial para el sector». De Meo ha recordado que el sector del automóvil «supone el 8% del PIB de Europa, el 30% del gasto en I+D y 13 millones de empleos en Europa. Si se saca a la industria del automóvil de la ecuación, Europa tiene un déficit estructural».
Luca de Meo ha recalcado la urgencia de reducir el impacto ambiental y «la respuesta de la industria ha sido 252.000 millones de euros invertidos en electrificación en Europa«. El presidente de la patronal europea de fabricantes ha hecho hincapié en que «la normativa exige a los fabricantes que fabriquen con menos emisiones de carbono y seguir siendo asequibles. Si juntamos todo esto, tenemos que gestionar una serie de paradojas. La seguridad es cara y, como consecuencia, los coches son un 60% más pesados que hace 20 años y un 50% más caros que entonces».
De Meo también ha aseverado que «tenemos que ser capaces de caminar sobre una fina línea con un pie en las minas y otro en el reciclado de baterías. La escala y la eficiencia se ha visto doblada por la capacidad de innovación y eso es una revolución cara. Este nuevo terreno de juego está marcado por una volatilidad sin precedentes, sobre todo en el ámbito de la tecnología. La volatilidad también implica volatilidad en el precio de las materias primas». Así, el directivo italiano, que fue presidente de Seat entre 2015 y 2020, ha recordado que «en los últimos dos años, el precio del litio se ha multiplicado por 12 y se ha dividido por dos».
El presidente de Acea también ha hecho referencia a la posición en la que se encuentra Europa en comparación con China y Estados Unidos, los cuales han apostado por políticas proteccionistas. «Mientras Europa baila el chachachá, el resto del mundo no se anda con chiquitas», ha apostillado Luca de Meo. A este respecto, el directivo italiano ha asegurado que «EEUU está estimulando fuertemente su industria, y más con el IRA, tenemos a China que está organizando su industria con un enfoque a largo plazo. Los europeos, por su parte, regulan como lobos y no de una forma muy coherente«. El consejero delegado del Grupo Renault ha recordado que hasta 2030 la industria del automóvil tendrá «ocho nuevas normativas y hasta el 25% de nuestro presupuesto de I+D se tiene que dedicar a su cumplimiento».
Por todo ello, De Meo ha hecho hincapié en que «lo que está en juego es nuestra capacidad de innovar. Sin una respuesta colectiva de los poderes públicos será imposible que los fabricantes europeos entren en el terreno de juego».
El mandamás de los patrones de los fabricantes de vehículos en Europa también ha apostado por «asegurarnos que países como España e Italia participen en la ola eléctrica lo más pronto posible, una situación que no se produce ahora».
El presidente de la patronal europea de fabricantes (ACEA), Luca de Meo, tiene claro sobre quién tiene que recaer el mayor esfuerzo a la hora de comprar vehículos eléctricos: los bolsillos más acaudalados.
El dirigente italiano, también consejero delegado de Grupo Renault, ha apuntado que «la transición al eléctrico la van a tener que pagar la gente que tiene pasta, los ricos». En la actualidad, «el 40% del valor de un coche eléctrico es precio de la batería». De Meo ha asegurado en el marco del IV Foro Anfac que «los eléctricos seguirán siendo caros», aunque ha reconocido que «un día vamos a alcanzar el nivel de coste».
El directivo ha comentado que «es un momento crucial para el sector». De Meo ha recordado que el sector del automóvil «supone el 8% del PIB de Europa, el 30% del gasto en I+D y 13 millones de empleos en Europa. Si se saca a la industria del automóvil de la ecuación, Europa tiene un déficit estructural».
Luca de Meo ha recalcado la urgencia de reducir el impacto ambiental y «la respuesta de la industria ha sido 252.000 millones de euros invertidos en electrificación en Europa«. El presidente de la patronal europea de fabricantes ha hecho hincapié en que «la normativa exige a los fabricantes que fabriquen con menos emisiones de carbono y seguir siendo asequibles. Si juntamos todo esto, tenemos que gestionar una serie de paradojas. La seguridad es cara y, como consecuencia, los coches son un 60% más pesados que hace 20 años y un 50% más caros que entonces».
De Meo también ha aseverado que «tenemos que ser capaces de caminar sobre una fina línea con un pie en las minas y otro en el reciclado de baterías. La escala y la eficiencia se ha visto doblada por la capacidad de innovación y eso es una revolución cara. Este nuevo terreno de juego está marcado por una volatilidad sin precedentes, sobre todo en el ámbito de la tecnología. La volatilidad también implica volatilidad en el precio de las materias primas». Así, el directivo italiano, que fue presidente de Seat entre 2015 y 2020, ha recordado que «en los últimos dos años, el precio del litio se ha multiplicado por 12 y se ha dividido por dos».
El presidente de Acea también ha hecho referencia a la posición en la que se encuentra Europa en comparación con China y Estados Unidos, los cuales han apostado por políticas proteccionistas. «Mientras Europa baila el chachachá, el resto del mundo no se anda con chiquitas», ha apostillado Luca de Meo. A este respecto, el directivo italiano ha asegurado que «EEUU está estimulando fuertemente su industria, y más con el IRA, tenemos a China que está organizando su industria con un enfoque a largo plazo. Los europeos, por su parte, regulan como lobos y no de una forma muy coherente«. El consejero delegado del Grupo Renault ha recordado que hasta 2030 la industria del automóvil tendrá «ocho nuevas normativas y hasta el 25% de nuestro presupuesto de I+D se tiene que dedicar a su cumplimiento».
Por todo ello, De Meo ha hecho hincapié en que «lo que está en juego es nuestra capacidad de innovar. Sin una respuesta colectiva de los poderes públicos será imposible que los fabricantes europeos entren en el terreno de juego».
El mandamás de los patrones de los fabricantes de vehículos en Europa también ha apostado por «asegurarnos que países como España e Italia participen en la ola eléctrica lo más pronto posible, una situación que no se produce ahora».
Del lado español, el presidente de la de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Wayne Griffiths, ha explicado que «estoy preocupado por España por la insuficiencia de las ventas de modelos electrificados. No recuperamos terreno y no es un problema de oferta, sino que el sistema de ayudas Moves no funciona».
«El Gobierno tiene que hacer más para explicar las ayudas. No podemos tener discursos de ministros en contra del vehículo privado», ha apuntado el directivo británico. En su opinión, el actual sistema de incentivos se tendría que sustituir por un «plan de ayudas directas».
El también presidente de Seat y Cupra ha comentado que la patronal ha presentado al Gobierno un plan para incrementar las ventas de vehículos eléctricos basado en «ayudas directas». Dicha medida, unida a otras como la supresión del IVA a la compra de vehículos eléctricos a las empresas «no restaría un euro a las arcas públicas».
Pero Griffiths también ha puesto el foco en la fiscalidad. «Este año, el 25% de las ventas tiene que ser de modelos electrificados para situarnos en la media de Europa«. Para ello, ha demandado «decisiones valientes», así como «el compromiso activo del Ministerio de Hacienda».
Tras su intervención, la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, puso el énfasis en que «tenemos que ser capaces de que los vehículos sean más competitivos y accesibles al resto de la población». Asimismo, Torró ha reconocido que «los puntos de recarga son suficientes pero tiene que incrementarse en función del alza de las ventas de vehículos eléctricos». Al cierre de los tres primeros trimestres de 2023, más de uno de cada cuatro puntos de recarga no estaba operativo.
En su opinión, los sectores de la energía y la industria «son un binomio indisoluble» y, parafraseando a Alfredo Di Stéfano, ha apuntado que «ninguno es tan bueno como lo somos todos juntos».
En cuanto al desarrollo de los Perte del vehículo eléctrico y conectado, Torró ha señalado que «gracias a este mecanismo, el Gobierno ha ido construyendo la base para seguir avanzando hacia la movilidad del futuro». La secretaria de Estado de Industria ha recordado que se han movilizado «3.200 millones de inversión pública, que ya se ha inyectado con el Perte I y II, al tiempo que se crearán 55.000 puestos de trabajo directos e indirectos»