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Centro de almacenamiento de petróleo en Texas. Foto de iStock

La administración Biden ha anunciado la liberación (puesta a la venta) de 15 millones de barriles de lo que se conoce como reserva estratégica de EEUU (SPR por sus siglas en inglés), una cantidad importante de crudo que supone la parte final de la venta de 180 millones de barriles anunciada en marzo de este año, que da continuidad a la primera liberación que se oficializó a finales de 2021. EEUU junto al resto de países que confirman la Agencia Internacional de la Energía (países avanzados en su mayoría) anunciaron un plan conjunto para liberar 240 millones de barriles de crudo, en un intento para apaciguar la subida de precios del crudo. Ahora que este plan está llegando a su fin y la situación no se ha resuelto, comienzan a surgir las preguntas más peliagudas: ¿Qué pasos tomar ahora? ¿Cuánto petróleo le queda a EEUU en la reserva estratégica?

El Departamento de Energía de EEUU ha hecho pública la venta de estos 15 millones de barriles que se pondrán en el mercado poco a poco hasta el mes de diciembre de este año. Mientras tanto, el petróleo Brent, de referencia mundial, cotiza en la zona de los 90 dólares, un precio relativamente elevado, sobre todo dada la elevada incertidumbre y la fuerte desaceleración de la economía global.

La reserva estratégica está en mínimos desde 1985

La liberación coordinada de reservas de crudo está llegando a su fin, mientras que el gran problema del petróleo ruso (y el crudo en general) no se ha resuelto. Para colmo, la reserva de petróleo estratégica en EEUU ya se encuentra en niveles mínimos no vistos desde 1985, lo que deja a Occidente prácticamente atado de pies y manos. EEUU ha fundido 120 millones de barriles entre enero y julio de este año.

Los países avanzados se enfrentan a una primera parte de 2023 con menos reservas de petróleo, la aplicación estricta del embargo al crudo ruso y los nuevos recortes de la OPEP, tres factores que presionarán al alza el precio del petróleo. Solo una recesión profunda que destruya grandes cantidades de demanda podrían evitar que el petróleo vuelva a dispararse o, como mínimo, se mantengan en niveles relativamente elevados.

Según los datos de la Agencia de la Energía de EEUU, la reserva estratégica de petróleo en EEUU ha caído hasta los 463 millones de barriles en julio (último dato oficial, ahora probablemente estará bastante por debajo de este nivel), frente a los 588 millones de barriles de crudo de principios de año y los 638 millones de principios de 2021.

Es cierto que la venta de petróleo de la reserva estratégica ha podido impedir que los precios se hayan disparado mucho más, pero todo el mundo sabía que esta decisión era un parche que solo funcionaría si la situación se había resuelto cuando el nivel de las reservas comenzase a menguar. Sin embargo, la guerra en Ucrania está durando mucho más de lo esperado, mientras que los recortes de la OPEP (grandes exportadores de petróleo) no estaban previstos.

¿Cuáles son las opciones ahora? La más probable parece ser más de lo mismo. EEUU podría anunciar nuevas liberaciones de petróleo. Aunque el nivel de la SPR es bajo respecto a los últimos años, la situación actual es extraordinaria. EEUU podría aguantar más de dos años liberando unos 180 millones de barriles por año, el problema es que a medida que la reserva vaya disminuyendo, los mercados podrían comenzar a ponerse nerviosos si no se atisba una solución estructural al problema. El otro problema es que esos 180 millones por año quizá no serán suficientes para satisfacer la sed del mercado, según los expertos.

No obstante, todo depende del ritmo de la liberación de las reservas. Según los datos del Departamento de energía, en los últimos tres meses, las ventas crudo de la reserva estratégica han promediado más de 26 millones de barriles por mes. De mantener este ritmo, la reserva estratégica de crudo americano se agotaría en poco más de un año.

¿Habrá solución al petróleo?

¿Cuáles son las soluciones estructurales? A día de hoy todas parecen complejas y lejanas. La más rápida sería el fin de la guerra y la recuperación de los lazos comerciales entre Rusia y Occidente. Otra opción sería que la OPEP, en lugar de recortar, pusiera toda su maquinaría a funcionar al 100% para bombear más crudo al mercado. Pero incluso esta opción puede no ser suficiente, dados los enormes problemas de algunos países del cártel para mantener sus niveles de producción actuales (pese a los recortes).

La mala gestión interna y la falta de inversión ha provocado que países como Nigeria, Venezuela o Angola estén produciendo hoy mucho menos petróleo que hace diez o quince años. No lo hacen por los recortes, sino porque son incapaces de producir más crudo con el capital físico y tecnológico a su disposición.

Volviendo a los parches o soluciones temporales, Warren Patterson, estratega de materias primas de ING, señala que «hay informes de que la administración de EEUU que no descartan más liberaciones de crudo durante los meses de invierno. Pese a todo, a EEUU le resultará difícil compensar los recortes de suministro de la OPEP+ solo con liberaciones de la SPR». En 2023, aunque los países de la AIE sigan introduciendo un millón de barriles por día de su reserva, la oferta podría quedarse corta dados los recortes de la OPEP y los obstáculos impuestos al crudo ruso.

Al mismo tiempo que anuncia esto la Administración Biden, por otro lado, también informan de la necesidad de rellenar la propia reserva. Los expertos de la Casa Blanca creen que este proceso debería comenzar cuando el crudo caiga a la zona de los 70 dólares por barril, pero Patterson (ING) duda de que la OPEP+ permita que el crudo caiga a este nivel en los próximos meses. Solo una recesión dura enviaría al Brent y a la Texas a la zona de los 70 dólares.

Desde Commerzbank explican en una nota que «se espera que el mercado esté casi equilibrado en la primera mitad 2023 debido a los recortes de producción de la OPEP+ que entrarán en vigor a partir de noviembre«. No obstante, estos expertos creen que después se producirá «una falta de oferta pronunciada en la segunda mitad del año».

Desde Commerzbank creen que Arabia Saudí antepondrá su relación con Rusia en el marco de la OPEP+ a la de EEUU: «Por lo tanto, hemos ajustado al alza nuestra previsión para el precio del petróleo». En conclusión, el 2023 va a ser un año en el que, salvo milagro, el petróleo seguirá siendo muy caro.

Fuente: eleconomista.es