• China ha comprado casi todo este petróleo que pertenecía a Irán y Rusia
  • El crudo flotante llegó a suponer más de 200 millones de barriles sobre el mar
  • Este tipo de petróleo cotiza con descuento frente al crudo no sancionado
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Buque de carga de petróleo y gas de vista aérea en alta mar en el puerto. Foto de iStock.

Desde que comenzasen a registrarse los datos de forma oficial en 2016, el petróleo flotante (crudo almacenado en buques) ha sido uno de los factores clave para analizar qué estaba pasando en el mercado de crudo. Una importante acumulación solía ser síntoma de una oferta fuerte, respecto a la demanda, que forzaba a ‘guardar’ el petróleo en buques, pese al elevado coste. Pues según ha revelado la Agencia Internacional de la Energía en su último informe, el petróleo flotante ha caído a mínimos desde que hay registros. Sin embargo, esta vez el impacto sobre el mercado podría ser diferente, puesto que hay varios factores singulares que han provocado esta rápida reducción del petróleo sobre el mar.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) revelaba en su último informe que «el almacenamiento flotante de petróleo crudo y condensado a finales de 2023 ha caído en su nivel más bajo desde al menos 2016, cuando comienza la serie de datos». A primera vista, este descenso es producto de la voracidad de China, que está acumulando petróleo para ‘alimentar’ la reapertura de su economía y para rellenar su reserva estratégica. La mayor parte del petróleo flotante pertenecía a crudo ‘sancionado’, es decir, petróleo producido por Irán, Rusia o Venezuela, países que llevan tiempo lidiando con las sanciones impuestas por Occidente por diferentes motivos.

Este petróleo suele ofrecer un descuento importante respecto al crudo ‘no sancionado’, algo que estaría aprovechando Pekín para fortalecer sus inventarios. Desde la AIE explican que «China se apoderó de grandes volúmenes de petróleo sancionado. La disminución constante de los volúmenes de almacenamiento flotante desde un pico de junio de 2020 ha proporcionado un promedio de 140.000 barriles de petróleo al mercado cada día. Durante el mismo período, los inventarios terrestres combinados en Irán y Venezuela, ambos sujetos a sanciones, también disminuyeron constantemente a los niveles más bajos desde al menos 2016, liberando 40.000 barriles adicionales», explican desde la AIE.

Irán y Venezuela fueron sancionados en 2018 y 2019, de modo que parte de su petróleo comenzó a almacenarse en alta mar ante la incapacidad de mantener sus flujos habituales de ventas por las sanciones. Además, el colapso de la demanda debido a la pandemia de covid-19 impulsó los volúmenes de almacenamiento en alta mar hasta alrededor de 200 millones de barriles. Estos 200 millones más que duplicaban la media de petróleo flotante desde que hay registros. Hoy se calcula que quedan menos de 50 millones de barriles de crudo flotante.

La caída del petróleo flotante

Los expertos de la AIE explican que buena parte de esos 200 millones de barriles se empezaron a vender durante la recuperación económica que llegó tras el covid, «pero el petróleo sancionado siguió aumentando. A partir del segundo trimestre de 2022, cuando los precios internacionales del petróleo superaron los 100 dólares el barril, el petróleo almacenado flotante comenzó a ‘secarse'», aseguran estos expertos en su informe.

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‘Otros’: otros países, incluido Rusia. ‘Desconocido’: no se conoce el origen.

En cuanto el crudo alcanzó precios muy elevados, el petróleo sancionado se convirtió en un ‘riesgo’ que merecía la pena asumir por parte de los países que se encuentran fuera de la órbita de Occidente, pero que temen sus sanciones. Con el crudo en niveles bajos, nadie quiere enemistarse con EEUU por ahorrarse unos dólares, pero cuando el petróleo alcanza precios prohibitivos, China o la India se lanzan a comprar el petróleo ‘prohibido’.

«Este movimiento refleja el atractivo descuento sobre el petróleo sancionado, así como una menor disponibilidad de crudos amargos más pesados a medida que otros productores de la OPEP en Oriente Medio recortaron la producción«, explican desde la AIE. No obstante, hay otra explicación a esta caída tan drástica del petróleo flotante. Los buques que cargan esta materia prima se han convertido en un medio de transporte muy codiciado tras la imposición de las sanciones occidentales sobre Rusia. Si Moscú quería seguir importando su crudo y eludir las sanciones o parte de ellas, Rusia necesitaba levantar su propia flota de petroleros, creando una suerte de mercado marítimo de petróleo paralelo al oficial, que está dominado por navieras occidentales.

Así se desprende del informe de la AIE: «La última disminución en el almacenamiento flotante de crudo también puede reflejar un aumento en la demanda de buques cisterna de la llamada flota en la sombra para transportar crudo y productos petrolíferos sancionados, incluidos los diferentes combustibles rusos».

China absorbe todo el petróleo

En 2023, la fuerte demanda de crudo de China y la relajación de las sanciones de Estados Unidos a Venezuela ayudaron a impulsar las exportaciones de Irán y Venezuela. El aumento de las exportaciones de estos países en 2023 no solo redujo el volumen de petróleo en el agua, sino que también redujo las existencias en tierra. Según Kayrros, a finales de 2023, los inventarios de petróleo crudo en Venezuela cayeron a un nivel históricamente bajo.

El principal destino de estos barriles sancionados ha sido China. Las importaciones de petróleo crudo del país en 2023 fueron las más altas de la historia, con 11,3 millones de barriles diarios. Sin embargo, el hermetismo de China dificulta y mucho el seguimiento de estas compras, según admiten desde la AIE. «Aunque oficialmente casi no se importó petróleo de Irán y Venezuela, según datos de las aduanas chinas, lo cierto es que se importaron enormes cantidades de petróleo crudo y mezclas bituminosas procedentes de Malasia (un país que apenas produce petróleo). Se cree que algunos de estos envíos contienen petróleo de Irán o Venezuela», explican desde la AIE.

China es el mayor consumidor de petróleo del mundo. El país asiático necesita alrededor de 15-16 millones de barriles de crudo cada día para ‘engrasar’ su economía. Una buena parte de ellos proceden de importaciones, puesto que China no produce suficiente crudo para nutrir a su economía. Para Pekín es muy importante encontrar fuentes de crudo baratas, sobre todo ahora que está importando cantidades récord de ‘oro negro’. Ahora que el petróleo flotante se ha agotado, China, quizá, se verá obligada a pagar precios mayores por cada barril.

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