• La petrolera y el fondo EIG promueven ya inversiones por más de 10.000 millones
  • Toma junto con Llog la participación de Shell y Equinor en el yacimiento del Golfo de México

 

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Repsol avanza en la reorganización de su cartera de activos de exploración y producción con la vista puesta en la salida a bolsa de este negocio en 2026. La petrolera, que dirige Josu Jon Imaz, ha alcanzado un acuerdo con Shell y Equinor para hacerse junto con Llog con la totalidad del megayacimiento Blacktip, situado en el Golfo de México (Estados Unidos).

Esta inversión supondrá un importante refuerzo a su cartera, ya que aportará uno de los mayores descubrimientos de los últimos cinco años en la zona con una capacidad recuperable de 200 millones de barriles netos.

Esta compra de Repsol –que pasa del 11% al 50% del capital- se suma a la de Rockdale Marcelus en enero de 2022 y al acuerdo con el grupo australiano Santos -antigua Oil Search- para hacerse con un 49% del capital de 46 bloques de exploración en Alaska.

Asimismo, la española compró dominio minero a Abarta en la cuenca de Marcellus; ha obtenido de Shell una participación del 20% en ocho bloques del área de Walker Ridge también en el Golfo de México y se ha quedado con las actividades de la japonesa Inpex en el yacimiento de Eagle Ford, en Texas, todas ellas operaciones adelantadas por elEconomista.es.

Inversión en EEUU

Repsol demuestra así que ha puesto el foco de su plan de crecimiento en Estados Unidos y, según los datos desvelados por Imaz, destinará más de un 30% de su inversión este año a dicho país para crecer tanto en el negocio de upstream como en el de renovables.

La compañía, además, espera poner en producción una gran parte de estos proyectos de aquí a 2026. Por ejemplo, el inicio de la producción de Pikka -uno de los mayores descubrimientos de los últimos 20 años en EEUU- estaba planificado para 2025, una vez se terminasen los trabajos de delineación y desarrollo, pero finalmente se ha pospuesto un año.

Repsol, junto con la australiana Santos, esperan llevar a cabo las primeras perforaciones este mismo trimestre en un desarrollo que supondrá una inversión de 2.500 millones. La petrolera anunció también la pasada semana la decisión de inversión en Brasil, junto con la china Sinopec, en el yacimiento Campos 33, donde destinarán 8.170 millones.

Centra su plan de crecimiento en EEUU, donde quiere sacar a bolsa su ‘upstream’

Ambas compañías han firmado la paz tras su acuerdo para resolver el arbitraje que les enfrentaba en Reino Unido. Repsol y Sinopec, a través de su alianza en Brasil, desarrollarán con Equinor (35%) y Petrobras (30%) este yacimiento, que supondrá consolidar a su alianza como un importante actor gasista en Brasil, contribuyendo a la apertura del mercado del gas que representa ya dos tercios de las reservas y de la producción del Grupo.

La petrolera suma también el control total de los pozos que compartía con la china en Reino Unido, en un momento de tensión por la garantía de suministro a Europa y con la posibilidad que aportan para convertirlos en almacenamientos de CO2.

En diciembre de 2022, Carbon-Zero, Cox, Crescent Midstream y Repsol se unieron también para desarrollar uno de los hubs marinos más importantes de la Costa del Golfo de México para CCUS (Carbon Capture Usage & Storage).

El acuerdo firmado preveía un pago de 3.400 millones

Todos estos avances en inversiones se producen justo después de cerrar durante el primer trimestre de este año la entrada del fondo EIG con un 25% del capital del negocio de upstream, lo que ha supuesto darle una valoración total de 19.000 millones de euros.

El acuerdo firmado preveía un pago de 3.400 millones y la asunción de 1.400 millones de deuda financiera neta. El 70% del pago ha sido recibido ya por la petrolera española y durante los próximos tres años recibirá el 30% restante hasta llegar a 2026.

La sociedad contará con cuatro consejeros de Repsol, dos consejeros de EIG y dos independientes y el presidente de la compañía -que corresponderá a Repsol- dispondrá de voto de calidad. La compañía había centrado su proceso inversor hasta el momento en cuatro grandes proyectos a los que bautizó en 2017 como AC/DC: Alaska, Campos 33, Duvernay y CPO-9.

Desde entonces, Repsol ha racionalizado su cartera de activos y ya en marzo de 2017 traspasó a Amstrong Oil and Gas la condición de operador del North Slope de Alaska. En abril, cedió una parte de Eagle Ford a Statoil. Y en el segundo trimestre de 2021, comunicó a las autoridades de Estados Unidos su salida de todos los bloques exploratorios en Chuckchi Sea.

La petrolera tiene ya en operación Akacias (CPO-9), acaba de aprobar la decisión de inversión en Campos 33 y crece con fuerza en Alaska.

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