Hortensia Herrero, la vicepresidenta y segunda accionista de Mercadona tras su marido Juan Roig, sorprendió a muchos cuando hace apenas unas semanas se convirtió en accionista de la compañía Istobal al hacerse con el 22% del accionariado.

Una histórica empresa familiar valenciana que se ha convertido en el tercer mayor fabricante europeo de sistemas de lavado automático para vehículos. Desde hace años genera más del 70% de su negocio fuera de España y el año pasado sus ventas alcanzaron los 145,7 millones de euros, con un ebitda de 14,4 millones.

Una actividad que parece muy alejada de las estanterías de Mercadona y que tradicionalmente se vincula con las estaciones de servicio de petroleras o particulares. Sin embargo, Istobal también fabrica e instala sus trenes y túneles de lavados para cadenas de distribución, como Carrefour. «Uno de nuestros últimos grandes contratos ha sido con la cadena de supermercados británica Morrisons, para la que hemos realizado más de un centenas de instalaciones», explica Antonio Martínez, director general de Istobal.

Pese a la entrada del nuevo socio, ni desde Istobal ni desde Mercadona se plantean ahora mismo el negocio del lavado de coches como una posibilidad, aunque Martínez destaca que es un ejemplo de las muchas sinergias que pueden desarrollarse con un accionista como la familia propietaria del gigante de la distribución.

Para la compañía valenciana la llegada del nuevo accionista supone un respaldo a su gestión. «Lo primero y más importante para nosotros es poder dar continuidad y consistencia a nuestro discurso de los últimos años, porque confía en nosotros y en ese plan estratégico», destaca el ejecutivo de Istobal. «Nuestro plan de crecimiento no es agresivo, queremos ir dando pasos firmes», apunta. Un plan estratégico que se centra en el crecimiento global de la compañía, tanto en Europa donde considera que aún tiene recorrido, como en Estados Unidos, su tercer mayor mercado ya y donde el año pasado su filial creció un 43%.

La otra pata de desarrollo global para el fabricante valenciano es Asia. Después de dar el salto a China el año pasado y precisamente con su nuevo accionista quiere relanzar y consolidar su actividad en el gigante asiático. «Hemos tenido que revisar y adaptar el plan que teníamos allí con la pandemia y estamos aún en una fase inicial», explica Martínez, que destaca que están presentes en grandes cuentas «como la petrolera Sinopec».

Tras arrancar con una pequeña red comercial Istobal ha puesto en marcha una pequeña planta para productos semielaborados, con la intención de desarrollarla para fabricar un producto específico local. «La planta aún es pequeña, tenemos unas 30 personas allí y aún estamos en una fase de terminar la implantación», comenta, pero sus planes son que el año que viene tenga capacidad para fabricar 700 trenes de lavado al año y a finales de 2023 también pueda incorporar un minitúnel de lavado. «Es un país donde en muy poco tiempo es posible multiplicar negocio, pero queremos ser cautos».

Dentro de esa estrategia el apoyo del nuevo socio pueda impulsar las compras para crecer. «Lo hemos venido haciendo y hace año y medio compramos una empresa en Estados Unidos para ampliar la red comercial y dar cobertura a la costa oeste de ese país. Es algo que siempre está en el plan de Istobal, aunque es verdad que damos prioridad a crecer orgánicamente», reconoce Martínez.

En plena crisis por los precios de los combustibles, en Istobal consideran no lo consideran un nubarrón. «Es cierto que hay estaciones de servicio pequeñas que se están viendo afectadas en su tesorería, pero en los últimos años se está invirtiendo más en lavado porque con el cambio de tendencia con los combustibles fósiles el lavado se ha destacado como un negocio rentable».

Máquinas conectadas

Desde hace años, Istobal considera la digitalización una iniciativa estratégica que tiene un objetivo fundamental: la conectividad de sus máquinas. «Antes los dispositivos estaban aislados, el Internet de las cosas te permite que estén conectados en tiempo real y hemos puesto en marcha proyectos para adelantarnos a las posibles incidencias en los equipos. La transformación digital nos ayuda a anticiparnos en el mantenimiento y la reparación de los equipos», señala.

El grupo cuenta con un equipo de I+D de más de 50 personas de sus 900 empleados y el año pasado destinó 4 millones de euros a inversiones en este área. Además de para el lavado de coches, también aplica su tecnología al lavado de camiones y trenes.

Fuente: eleconomista.es