MOTOR – Presidente de Mazda Motor Europe

Jeff Guyton, presidente de Mazda Motor Europe.

  • Es uno de los mejores conocedores del mercado europeo
  • Es muy crítico frente a la deriva de los gobiernos hacia la tecnología eléctrica
  • «No se ha planteado el futuro del automóvil y de la movilidad correctamente»

SERGIO PICCIONE | Los Ángeles 10/01/2019 10:54

Lleva nueve años en la presidencia de la filial europea de Mazda y empieza a haber rumores de su posible ascenso a otras posiciones dentro de la compañía. En cualquier caso, en este tiempo y durante el periodo en que fue vicepresidente responsable de las finanzas de la filial, Jeff Guyton se ha convertido en uno de los mejores conocedores del mercado europeo.

En los últimos tiempos se ha distinguido por su postura crítica frente a las decisiones de los gobiernos de los países de la propia Unión Europea (UE) respecto a las nuevas normativas supuestamente destinadas a mejorar la calidad del aire y que prácticamente imponen una tecnología: la eléctrica.

«Creo que no se ha planteado el futuro del automóvil y de la movilidad correctamente haciendo el cálculo de lo que se gana y lo que se pierde ‘well to wheel’, es decir, del pozo a la rueda. Por un lado, necesitamos fabricar baterías, cuyo proceso requiere una importante aportación de energía. Asumirán la carga de energía que necesitarán los coches para moverse. Lo que quiere decir que salvo que podamos tener sólo energía de origen renovable, a lo mejor no logramos el objetivo que se está buscando de reducir la contaminación», explica Jeff Guyton.

Sin embargo, no se declara enemigo del coche eléctrico, entre otras cosas porque su marca acaba de llegar a un acuerdo con Toyota para compartir el desarrollo de futuros modelos con esta tecnología.

«Es lógico. Japón es un país sin recursos propios que tiene que importarlo todo. Para ellos son muy importantes los análisis a largo plazo para estar preparados para los cambios que se produzcan. Y eso es lo que hemos hecho en Mazda, que es una empresa japonesa. Queremos estar preparados para cuando se produzca el cambio».

Señala que es impensable que se puedan producir tantos coches eléctricos como se hacen ahora en todo el mundo. «No soy capaz de evaluar si existen suficientes reservas de materias primas en el mundo para atender la fabricación de baterías que sería necesaria. Parece que no hay problema sobre el litio, pero puede haber problemas con el cobalto respecto al que hay, además, todas esas historias acerca de su extracción en África, a base de niños esclavos, que no puedo decir si son ciertas».

Lo que niega es que el reciclaje de las baterías dé lugar a contaminación. «Los materiales que emplean son reciclables y pueden tener una nueva utilización pero, por lo que nos cuentan, también en este proceso se necesita mucha energía».

Para Guyton, esta deriva a la tecnología eléctrica viene impuesta por el apetitoso mercado chino, país sin petróleo en el que para triunfar hay que ofrecer estos coches. «Lo que me preocupa es que hay gente que está anunciando cosas que son muy caras y no sé como van a poder obtener beneficios».

Le preocupa también la posible pérdida de empleos puesto que el coche eléctrico necesita menos mano de obra aunque por las baterías resulta más caro. «En Europa se van a instalar fábricas de baterías, pero dudo que la mano de obra que emplee asuma el excedente de las fábricas convencionales».

Señala también, que por el momento, la previsión de la evolución de la demanda es dudosa aunque, al margen de la política que se esconde detrás de este cambio de tecnología, hay también una aceptación por parte del público. «Hay países en los que los grupos de coches eléctricos se declaran muy satisfechos de los mismos. Son aquéllos en que existe menos parque y hasta ahora son todo facilidades. Tengo amigos en Noruega con coche eléctrico que empiezan a padecer el inconveniente de una cierta masificación. Por ejemplo, cuando se llega a una electrolinera y todos los postes están ocupados. Aunque sean postes de carga rápida, la espera puede suponer media hora o más».

Por este motivo, uno de los coches de la próxima generación de Mazda va a ser un eléctrico de autonomía extendida en el que un motor rotativo, una tecnología muy propia de Mazda, actúa de generador. «De esta forma, si se agota la carga de la batería se puede rodar con la energía producida por el generador».

Pero mientras llegan estos coches eléctricos, Mazda va a seguir introduciendo nuevos modelos con motor de combustión interna, gasolina y diésel, con tecnología Sky Activ. El primero de ellos es el nuevo Mazda3, de espectacular diseño, aunque es un segmento que, después de haber sido el de mayor número de ventas, está retrocediendo un poco. «Es verdad -admite Guyton- pero esta tendencia afecta más a las marcas premium. Por eso esperamos vender entre 40.000 y 50.000 unidades en Europa que supondría mantener nuestra posición en el segmento».

Mantener el diésel puede ser oportuno

Jeff Guyton confirmaba que en el nuevo Mazda3 se mantienen las versiones diésel, «lo que puede ser una oportunidad dado que hay quienes están abandonando la oferta de este tipo de motores en sus coches. En nuestro caso, teníamos un porcentaje del 30% de ventas de versiones diésel y hemos bajado al 20%. Vamos a ver qué sucede ahora. Pero se está produciendo un fenómeno curioso. En Alemania, en los primeros meses del año las ventas de los diésel descendieron al 11% del total. Pero después de que entrara en vigor la nueva reglamentación sobre homologación de las emisiones, han vuelto a subir al 30%. Y es que el usuario alemán ha comprendido que estos motores son acordes con la reglamentación y son más eficientes que los gasolina. Por eso han vuelto a comprarlos». Guyton asegura que las diésel no serán versiones básicas.