CEEES | 4 de mayo de 2023
Después de una reunión de más de siete horas de duración en su sede en Viena (Austria), los representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y a sus aliados liderados por Rusia (OPEP+) decidieron reducir los objetivos globales de producción a partir de 2024 en un total adicional de 1,4 millones de barriles diarios.
No obstante, muchas de estas reducciones no serán reales, ya que el grupo rebajó los objetivos de Rusia, Nigeria y Angola para ajustarlos a sus niveles actuales de producción, mientras que Emiratos Árabes Unidos ha sido autorizado a aumentar su producción (consulta la producción prevista para cada país en 2024 aquí). Por el contrario, Arabia Saudí reducirá drásticamente su producción en julio, recortando un millón de barriles diarios (bpd), en una decisión que podría incluso prolongarse en los meses posteriores.
La OPEP+ ya tiene en vigencia un recorte de 2 millones de bpd acordado el año pasado y que equivale al 2% de la demanda mundial. En abril, también acordó un recorte voluntario sorpresa de 1,6 millones de bpd que entró en vigor en mayo hasta finales de 2023, a la que ahora se suma la reducción saudí que se producirá en julio y que podría extenderse tras el verano.
Tradicionalmente, los recortes de la producción de la OPEP se han traducido en una subida inmediata del barril de petróleo, pues el cártel controla más de la mitad de la oferta de petróleo mundial. Sin embargo, dentro de la OPEP+ hay diferentes sensibilidades y velocidades. Por un lado, los productores clásicos y no sujetos a sanciones internacionales, como Arabia Saudí, abogan por cerrar el grifo paulatinamente para propiciar un encarecimiento del barril que sostenga el suelo de la cotización internacional por encima de los 80 dólares.
Sin embargo, Rusia, que tras la entrada en vigor de las sanciones internacionales derivadas de su invasión a Ucrania, se ve obligada a vender el crudo de los Urales con descuentos que fluctúan entre los 30 y 40 dólares por barril. A menores ingresos por cada barril vendido, Putin necesita vender más barriles para sostener la facturación total del negocio petrolero ruso, uno de los principales balones de oxígeno para la economía de Moscú.
La convulsa situación geopolítica, las dudas acerca de la estabilidad de la economía mundial y los intereses divergentes en el seno del cártel propician que las restricciones de la oferta, que hasta hace no demasiado tiempo tenían una traducción matemática, inmediata y directa en el barril de petróleo, se diluyan actualmente volviendo a dejar las cotizaciones en niveles muy similares tras el rally que se produce cuando la OPEP+ anuncia sus recortes. Veremos qué sucede esta semana y de qué modo el recorte anunciado ayer por parte de Riad puede impactar en los mercados.