• El recorte no será 100% real porque la OPEP ya producía por debajo de su cuota
  • Los expertos esperaban un recorte de alrededor de un millón de barriles

 

La OPEP y Rusia (OPEP+) ha anunciado un recorte de la producción de petróleo que ha dejado en nada las previsiones de los expertos y los propios rumores que habían filtrado durante estos días algunos portavoces del cártel. El grupo de países exportadores ha anunciado un recorte de 2 millones de barriles diarios (se esperaba una cifra entre 1 y 1,5 millones), que se suma a los 100.000 barriles de reducción anunciados en septiembre. Este es el mayor recorte del cártel desde 2020. De este modo, el grupo pretende acabar de un plumazo con el leve superávit del mercado que estaba lastrando la cotización del petróleo en los últimos meses.

Además, según se desprende de las declaraciones de algunas fuentes presentes en la reunión, los países podrán implementar recortes individuales fuera del marco del acuerdo del cártel, aunque no ha quedado claro si hay disposición para ello. Este es algo que ya ocurrió durante la crisis del covid-19, cuando Arabia Saudí recortó por cuenta propia un millón de barriles por día además de la cuota asignada por el acuerdo común.

¿Cuándo entrarán en vigor los recortes? Normalmente, los recortes de producción se ponen en marcha al mes siguiente del anuncio. En este sentido, el organismo sigue con su rutina y los recortes empezarán en noviembre, tal y como han confirmado el grupo.

¿Por qué recorta la OPEP la producción de petróleo? Las fuertes y rápidas subidas de tipos de interés han rebajado las expectativas de crecimiento económico y, por ende, de demanda de petróleo y derivados. Esto ha provocado que el petróleo se hunda más de un 25% en los últimos cuatro meses. El barril de Brent ha pasado de los 120 dólares de junio a caer a los 85 en algunas jornadas de este mes. No obstante, con los primeros rumores sobre los primeros recortes de la OPEP, el petróleo logró acercarse y recuperar los 90 dólares.

El problema de la inflación

La OPEP y Rusia ya dejaron claro que no serían parte de la solución al problema de la inflación global, puesto que ellos tienen sus propios intereses: maximizar el beneficio por cada barril de petróleo vendido. Con este recorte de la producción, las intenciones se convierten en hechos. Aunque es cierto que del dicho al hecho hay un trecho.

La OPEP tiene serios problemas para cumplir con sus propios acuerdos. Muchos países no se ciñen a las cuotas de producción, ya sea porque son incapaces de llegar a la producción acordada (Nigeria, por ejemplo) o porque producen por encima de su cuota asignada (para intentar ganar cuota de mercado).

En los últimos meses, el problema ha sido alcanzar los niveles acordados. La caída del precio del crudo en 2020 redujo la inversión en la industria petrolera de muchos países exportadores. Ahora, la industria de esos países (Nigeria, Angola, Libia…) es incapaz de cumplir con las cuotas. Por ello, el recorte de la producción anunciado hoy no se ejecutará al 100%, puesto que una parte del mismo ya estaba en marcha de forma involuntaria.

Un buen ejemplo son los últimos datos de producción. En agosto (la última cifra disponible), la OPEP+ estaba bombeando colectivamente alrededor de 30 millones de barriles por día (mb/d), que es aproximadamente 3,5 mb/d por debajo de la cuota oficial (lo que significa que el suministro global está casi un 4% más bajo de lo que debería ser). Un recorte de un millón de barriles sería reducir la oferta global de crudo en un 1%, aunque pocos confían en que la OPEP lleva a rajatabla su propio recorte.

La falta de credibilidad de la OPEP a la hora de llevar a cabo sus recortes se deja ver en la reacción de los mercados. Los futuros de petróleo han pasado de las pérdidas a las ganancias, pero la oscilación ha sido muy comedida para tratarse de un recorte de dos millones de barriles (alrededor del 2% de la oferta mundial). Los futuros de Brent suben algo menos de un 1%  y se sitúan en los 92 dólares por barril.

Fuente: eleconomista.es