28 Agosto 2022
Noemí Velasco CIUDAD REAL
El presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Ciudad Real, Francisco Molina, afirma que “el futuro va a ser eléctrico”. Ahora bien, la limitada autonomía de los vehículos eléctricos, el excesivo tiempo de carga y los 60.000 euros que cuesta instalar cada poste en una gasolinera juegan en contra de que se generalice el uso
Las gasolineras de la autovía A4 se marcan como objetivo tener al menos un punto de recarga para coches eléctricos en el verano de 2023. El reto está lejos de ser sencillo, pues en Ciudad Real apenas existen 58 localizaciones con conectores de recarga, pese a que hay 150 estaciones de servicio, y muchos de ellos están instalados en hoteles y supermercados. Ni siquiera una de cada tres gasolineras los tienen.
“El futuro va a ser eléctrico”, confiesa a Lanza el presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Ciudad Real, Francisco Molina, aunque el camino no va a ser fácil. Los puntos de recarga, confiesa, “son muy escasos ahora mismo”, y lo es porque “todavía el mercado de coches eléctricos es reducido”. Todo parece indicar que en los próximos años conductores y gasolineras se tienen que poner al día.
Ciudad Real y la autovía A4
Las primeras en ponerse las pilas han sido las gasolineras de la autovía A4, en toda España y también en Ciudad Real. Ya hay algunas que han alcanzado el objetivo para 2023, de hecho, la autovía hacia Andalucía es uno de los principales ejes de electromovilidad que existen en la provincia. El portal Electromaps revela que existen 11 puntos en Valdepeñas, 7 en Manzanares, y otros tantos en Almuradiel, Santa Cruz de Mudela y Villarta de San Juan.
En el tren de la electricidad, el primer vagón lo ocupa la capital y su entorno, con 21 puntos de recarga. De ellos, 17 están en la capital y 4 en Miguelturra, en gasolineras de los polígonos industriales y en el entorno de la estación de Renfe, pero también en el hotel Doña Carlota, en el McDonalds y en un Mercadona, una de las cadenas que más ha apostado por incorporar la tecnología en sus aparcamientos.
Con la tecnología que existe hoy en día, donde mejor funciona el coche eléctrico es en la ciudad, por lo que Molina considera que “va a ser donde primero se incorporen los puntos de recarga”. Hay que tener en cuenta que “el coche medio eléctrico que se fabrica hoy en día tiene una autonomía de unos 200 kilómetros, y el eléctrico enchufable de 50 kilómetros, por lo que el mejor lugar para utilizarlo es la ciudad”.
Los contras del coche eléctrico

Tráfico en la Autovía del Sur (A4) / Clara Manzano
Hasta el momento, a no ser que el conductor esté al volante de un coche última generación, como el último de BMW, que tiene una autonomía de 589 kilómetros, es difícil que un coche eléctrico recorra largas distancias. Incluso ir a Madrid o a Córdoba puede ser misión imposible si hay que callejear. Luego hay un segundo problema: el tiempo de recarga, que puede llegar a los 35 o 40 minutos, a no ser que sea a través de un dispositivo de carga rápida, que dura 15 minutos, y no todos los coches lo aceptan.
Son los contras con los que se topan viajeros, transportistas y gasolineros de cara a la incorporación de una tecnología que está en constante evolución. “Hasta el momento a lo mejor solo 1 coche de cada 80 que pasan por mi estación de servicio, situada entre Manzanares y Valdepeñas, es eléctrico”, reconoce Molina, aunque pese a ello asegura que antes de verano incorporará dos puntos de recarga.
Cada punto de recarga cuesta a una estación de servicio 60.000 euros, señala el representante del sector, que añade que no cuentan con ninguna subvención para la instalación. “Está claro que si solo cargamos dos o tres coches al día vamos a tener pérdidas. Esperemos que sea rentable”, confiesa Francisco Molina, que al mismo tiempo expresa sus dudas ante la evolución de la venta de vehículos y la variedad de posibilidades que existen.
¿Cargar es más barato?

Carga de un coche eléctrico / Patricia Galiana
Eléctricos, híbridos, híbridos enchufables, con gas licuado y con hidrógeno. En este siglo XXI posibilidades hay para aburrir, pero la incorporación de tanta variedad de surtidores es imposible para las estaciones de servicio de la provincia. Hace unos años se empezó a introducir el gas licuado (GLP) entre camioneros y taxistas, pero no se han generalizado, y ahora ha aparecido el hidrógeno, “que es energía verde, contamina menos que las baterías eléctricas y en Madrid doce gasolineras lo han incorporado”, añade Molina.
La lucha contra el cambio climático importa cada vez más, pero al ciudadano de a pie al final lo que le mueve es el bolsillo, y a este respecto Francisco Molina confiesa que en estos momentos cargar un vehículo eléctrico “sale más barato que el combustible, pero tampoco tanto”. “La energía está carísima y es un bien escaso”, añade el representante del sector.
Según los datos del RAE (Real Automóvil Club de España), los precios oscilan en un abanico amplísimo, de 0,15 a 0,79 el kilovatio hora (kWh), según la velocidad del poste, de manera que una carga para una batería normal de 50 kilovatios podría costar de 7,5 a 39,5 euros en una electrolinera. Eso sí, aunque se utilice el poste de carga ultrarrápida, al final sale más económico que la gasolina.
Más competencia: hoteles y supermercados se suman al carro

Cableado y enchufes necesarios para un coche eléctrico / Patricia Galiana
Donde sin duda va a salir más económico es en los cargadores de hoteles y supermercados. Les ha salido un competidor a las estaciones de servicio, aunque Francisco Molina destaca que la asociación profesional no lo rechaza. “Está claro que se van a reducir nuestros ingresos, por lo que habrá que reinventar nuestros negocios, ya sea a través de los lavaderos o nuestras tiendas”, señala. Ya tienen experiencia, pues en su día tuvieron que enfrentarse a las gasolineras low cost.
De acuerdo al Real Decreto Ley 29/2021 para el fomento de la Movilidad Eléctrica, deberán existir tomas de recarga de baterías de vehículos eléctricos antes del 1 de enero de 2023 en establecimientos y edificios públicos no residenciales que tengan un aparcamiento con más de 20 plazas. Deberán contar con una estación pública de carga por cada 40 plazas.
Aquí entran oficinas, almacenes, fábricas, centros públicos como hospitales, colegios, institutos y universidades, y establecimientos como supermercados, centros comerciales, restaurantes, hoteles, estadios, pabellones deportivos y recintos feriales. Con respecto a los aparcamientos de edificios de viviendas o urbanizaciones con más de 20 plazas a partir de ahora tendrá que haber canalizaciones de preinstalación para todas las plazas. La transformación de la movilidad está aquí.
Fuente: lanzadigital.com