En el mundo crecen los impulsos a buscar fuentes de energía alternativas, renovables y menos contaminantes. Eso, claro está, implica un cambio radical para la industria automotriz y paralelamente para los negocios vinculados. Uno de ellos, central, es el de las estaciones de servicio.

Este segmento enfrenta varios desafíos. Uno de ellos es incrementar la rentabilidad y desde el sector creen que una de las claves está en en el terreno. “El gran desafío de las estaciones de servicio es monetizar cada metro cuadrado que tiene de superficie. Hoy hay mucho espacio para sacarle jugo al metro cuadrado. Y cuando digo esto me refiero no solo al mercado de despacho de combustible y lubricantes sino otros negocios. Por ejemplo el negocio del shop, que no necesariamente es solo café y comidas, sino que se puede brindar servicios, servicios bancarios, puntos de retiro de correo para el comercio electrónico”, explica Eduardo Torras, gerente general de Delta Patagonia, licenciataria de Gulf en Argentina. Y agrega: “Hay que lograr que la superficie se monetice más. Ese es el gran desafío que tenemos como industria, especialmente en las grandes ciudades donde competimos con el real estate. Esto es un desafío muy anterior a lo que podrían llegar a ser los autos eléctricos”.

¿Por qué los autos eléctricos? Porque esa forma de reponer combustible los usuarios pueden hacerlo casi en cualquier lugar, incluso en su propia casa. La ventaja con la que corren por el momento las estaciones de servicio es que la alternativa eléctrica aún ni siquiera es incipiente en la Argentina. “Los autos eléctricos los veo muy lejano. El desafío que tenés con los autos eléctricos es que no necesariamente se van a cargar en estaciones de servicio. Probablemente en los shopping tengan plazas de carga para que mientras comprás te recarguen la batería”, sostiene Torras.

Sin embargo, las estaciones de servicio tienen la posibilidad de adaptarse y sacar rédito de las energías alternativas. ¿Cómo? Generando vía energía solar o eólica su propia electricidad y vendiéndola a los automovilistas.

El paradigma de las estaciones de servicio del futuro está hoy en EE.UU. y Europa. “Tenés una multiplicidad de cosas que te atraen a bajar ahí, no solo a cargar combustible. Por ejemplo en otros países el fenómeno del car wash es interesante”, cuenta el directivo de Delta Patagonia. Con Gulf como marca, la compañía apuesta a tener para fines del año que viene una 150 estaciones ya embanderadas y encamina su estrategia en ese sentido.

“En otros lugares del mundo los complementarios a la playa de combustible tienen más incidencia que en la Argentina, donde en los últimos años no lo ha tenido. Hay que ponerle foco a eso para que el dueño de la estación de servicio tenga más rentabilidad, ya sea directa porque él los opera o indirecta porque los alquila”, explica Torras. En cuanto al presente, opina que “los puntos de venta en las ciudades operan cada vez más y hoy Buenos Aires es una ciudad que tiene un buen volumen de estaciones”. “Pero si lo mirás a 10 años las estaciones que están bien ubicadas van a tener el desafío de mejorar la ecuación o pasar a ser una propiedad. Pero nunca van a desaparecer porque siempre va a haber demanda. A medida que se van dando de baja estaciones, lo que pasa es que las que quedan se hacen más rentables porque venden mayor volumen”, concluye.