• Las reservas son bajas y se acerca la temporada alta de uso del coche.
  • La costa este depende cada vez más las importaciones transatlánticas

 

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Taxis por las calles de Manhattan. Foto: iStock

Nueva York y gran parte de la costa este corren el riesgo de sufrir escasez de gasolina este verano, ya que la prohibición de la Unión Europea al combustible ruso amenaza con ahogar los suministros de reserva de los que depende Estados Unidos durante la temporada alta de uso del automóvil.

Las reservas estacionales de gasolina ya se encuentran en su nivel más bajo en casi una década, y el intenso mantenimiento invernal de las refinerías podría reducir aún más los inventarios, informan desde Bloomberg.

La prohibición impuesta por la UE a las importaciones de productos petrolíferos rusos a partir del 5 de febrero pondrá a prueba los suministros de materias primas de la región, limitando la cantidad de gasolina que el bloque puede fabricar para sí mismo o para la costa este de EEUU, que depende cada vez más de las importaciones transatlánticas en verano.

La escalada de precios que acompañaría a estas perturbaciones de la oferta amenaza con lastrar a los consumidores, todavía afectados por los 5 dólares por galón de gasolina del verano pasado. El resurgimiento de los precios en los surtidores también supondría un reto para el presidente Joe Biden, que ha convertido en una prioridad la limitación de los costes del combustible y utiliza los precios como acicate contra sus rivales políticos.

Para evitar que Nueva York y el resto de la costa este se queden sin combustible, los proveedores tendrán que tirar de cierta creatividad. Aunque EEUU es un exportador neto de gasolina, la mayor parte del excedente se encuentra en la costa del Golfo (Florida), y el transporte a la costa este se ve limitado por la insuficiente capacidad de los oleoductos y el coste del transporte marítimo.

Los proveedores podrían trasladar el combustible de la costa del Golfo a instalaciones de almacenamiento y mezcla en el Caribe, como las Bahamas, y exportarlo desde allí a la costa este, según Energy Aspects, una consultora con sede en Londres. EEUU también podría abastecerse más en Asia y Oriente Medio, pero el largo viaje y los elevados costes de transporte hacen poco probable que esta opción suponga un alivio rápido o significativo en los surtidores.

El precio medio de la gasolina en EEUU ha subido unos 40 centavos por galón desde Navidad y el domingo se situaba en 3,51 dólares por galón, según el club automovilístico AAA. La transición a la gasolina de verano, más cara y de evaporación más lenta, empezará en marzo y es probable que haga subir los precios justo cuando el clima más cálido haga salir a la carretera a más conductores.

Fuente: eleconomista