El consejo de la petrolera se reúne el próximo miércoles con previsible decisión de vuelta a la normalidad al decaer el intento del Gobierno de extender el impuesto energético

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, este jueves en DavosEl consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, este jueves en DavosEnviado especialDavos (Suiza)

La sonrisa del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y su respuesta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que ahora toca «mirar hacia adelante» ya apuntó en la tarde del miércoles a lo que se avecina.

El presidente le había saludado con un «¡estarás contento!» en su reunión de Davos con los líderes del Ibex al acabar de perder el Gobierno la votación para imponer a los grupos energéticos un nuevo impuesto, como publicó EL MUNDO. La incertidumbre sobre este intento de perpetuar el gravamen que ha supuesto ya cientos de millones extra a Repsol ha supuesto el bloqueo de importantes inversiones en España por irrentables, según la compañía, pero el escenario ha cambiado.

Imaz, que intervino en debates de Davos este miércoles, evitó hacer comentarios, pero está prevista una reunión ordinaria del consejo de administración de la petrolera el próximo miércoles que abrirá otra etapa.

El consejo estudiará la nueva situación y tomará una decisión, pero fuentes de la petrolera recuerdan que el pasado noviembre, cuando pareció que el gravamen se desvanecía, Imaz ya aseguró que eso marcaría una vuelta a la normalidad. Por tanto, salvo nueva sorpresa gubernamental, las fuentes consultadas prevén que el máximo órgano de Repsol decidirá este miércoles el desbloqueo de más de 1.500 millones de euros que tenía paralizados en distintos puntos de España. Proyectos de hidrógeno verde o biocombustibles serán relanzados y, con ellos, se da un futuro a las cinco refinerías de Repsol en España.

La sostenibilidad futura de estos centros de refino depende de lanzar inversiones programadas de producción de hidrógeno. Cartagena, Tarragona, Bilbao, A Coruña y Puertollano albergan actualmente esas refinerías que Repsol quiere mantener al apostar que quedan décadas para el petróleo y sus derivados, siempre que sean más sostenibles. Precisamente el riesgo de que llegara ser inviable la refinería de Tarragona movilizó a Junts en contra del impuesto y contribuyó decisivamente a que Sánchez no lograra obtener una mayoría parlamentaria.

El riesgo para Repsol es que, como sucedió hace unas semanas, el Gobierno realice un nuevo intento de extender el gravamen, pero fuentes gubernamentales consultadas en Davos tiran la toalla. Señalan a que, a la vista del escenario parlamentario, no hay voluntad de realizar nuevos intentos. El que fracasó el miércoles era la segunda tentativa tras una primera el pasado octubre en la Comisión de Hacienda del Congreso. Ya entonces Junts tumbó la idea, pero la presión de Esquerra, Bildu y Podemos empujó a Sánchez a intentarlo por decreto, pese a que no sólo Junts, sino ya el PNV anunciaban rechazo. Fracasó otra vez.

Otro factor para que el Gobierno tire la toalla es la reunión bilateral que mantuvo Sánchez en Davos con el máximo ejecutivo del fondo soberano emiratí Mubadala propietario de Moeve (antigua Cepsa), Khaldoon Al Mubarak. Éste también había amenazado con no seguir adelante con el llamado Valle Andaluz del Hidrógeno de perpetuarse el llamado impuestazo. «Hemos abordado los importantes proyectos que van a desarrollar en España (…)Seguiremos colaborando para fortalecer nuestros lazos económicos y financieros», resumió Sánchez consciliador su encuentro con el consejero delegado de Mubadala al que asistió también el de Moeve, Maarten Wetselaar.

Imaz, por su parte, sí mantiene su batalla por no arrinconar prematuramente a los combustibles fósiles sostenibles cuando se han evidenciado, en su opinión, que es una formula mucho más rápida de bajar emisiones que intentar un prematuro despliegue de coches eléctricos.

En un debate en Davos con, entre otros, el comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, Imaz reiteró la necesidad de «un cambio radical» en la política de la UE de la que el Gobierno español ha sido adalid. «Estamos tomando decisiones no respaldadas por la tecnología y cada vez importamos más vehículos eléctricos de China», alertó Imaz. «Necesitamos un cambio radical, Eso significa mantener compromiso claro en términos de reducción de emisiones de CO2. Pero al mismo tiempo, como Draghi dice, no se puede continuar rompiendo el principio de neutralidad tecnológica».

Imaz puso como ejemplo que la refinería de Cartagena de Repsol logra, con su producción de combustibles renovables, una reducción de emisiones de CO2 equivalente al parque eléctrico automovilístico español, que es muy limitado hasta ahora. Según sus datos en este primera planta de producción de combustibles sostenibles a gran escala, Repsol ha invertido 250 millones para producir 250.000 toneladas. Su uso implica reducir 800.000 toneladas de Co2 en España, explicó en el debate, realizado en inglés.

Jorgensen, por su parte, pidió a Imaz que tenga en cuenta que hay que favorecer algunas tecnologías con subsidios para alcanzar los objetivos climáticos. «En un mundo perfecto no sería necesario». El vasco replicó que él no cuestiona la política de subsidios, pero insistió en que debe enfocarse con neutralidad. El discurso de Donald Trump en Davos en favor del petróleo favorece que haya , en efecto, un creciente contento en Repsol.

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