• El precio del café casi se ha triplicado desde los mínimos de 2019
  • Un clima más extremo está complicando las cosechas de los grandes productores
  • Se espera que este 2022 haya déficit de café y los precios sigan al alza

 

El 2021 ha sido el año de la recuperación. La vuelta casi repentina de la demanda ha sido una sorpresa positiva que, sin embargo, también ha tenido un impacto notable en los precios de muchas materias primas cuyos productores no han podido (o querido) seguir el ritmo de la demanda. El petróleo ha subido cerca de un 60% en 2021 (con ello la gasolina), el aluminio, el cobre y otros metales casi un 40%, mientras que el aceite o la carne de vaca son ahora un 20% más caro… Sin embargo, ninguna de esas materias primas es la que ha sufrido un mayor auge de su precio en 2021 en los mercados de futuros. El gran ‘ganador’ de 2021 ha sido el café y tiene su porqué.

Este ha sido el sorprendente resultado que se extrae de la revisión que ha realizado la Agencia de la Energía de EEUU (EIA por sus siglas en inglés) sobre el comportamiento de las principales materias primas. En un año que ha sido casi insuperable para los precios del petróleo, gasolina, queroseno o el gas, la EIA reconoce que el café no solo se ha colado entre las materias primas más alcistas, sino que se ha convertido en el rey. Los futuros de café han sido los que más se han revalorizado en 2021 en el S&P Goldman Sachs Commodity Index que analiza la EIA con una revalorización que ha superado el 80%.

 

 

Los analistas de ING publicaron una nota a finales de diciembre al respecto en la que destacaban que «el café ha tenido un año explosivo por el impacto de la sequía y las heladas en la cosecha brasileña. Los cuellos de botella en la cadena de suministro también han ayudado a impulsar el mercado. Hay mucha incertidumbre sobre las perspectivas para 2022; mucho dependerá de las precipitaciones durante la temporada de lluvias brasileña», aseguran estos expertos.

Un rally que viene de largo

Echando la vista atrás, los futuros de café arábica casi se han multiplicado por tres desde 2019. El precio del café de este tipo ha pasado de unos 100 dólares por cada bolsa de 100 kilos (así se analizan los futuros de café arábica), a rozar los 300 dólares en la actualidad (es el precio del café puro, sin procesos, ni transporte, ni tratamiento… todo ello lo encarece aún más en procesos posteriores). El clima está en buena parte detrás de estas oscilaciones. Unas condiciones mucho más extremas y volátiles están reduciendo la producción de café en los países que dominan este mercado.

 

 

«El clima adverso en todo Brasil ha tenido un impacto en varios cultivos, incluidos el maíz y el azúcar. Sin embargo, el impacto en el café arábica ha sido significativo y eso ha llevado los precios a los niveles más altos desde 2011», explican los analistas de ING.

Brasil ha luchado no solo con las heladas este año, sino también con la sequía, una especie de combinación fatal para la producción de café. «Existe la preocupación de que se hayan dañado grandes áreas de cultivos, lo que tendrá un impacto en la producción de la próxima temporada. Del mismo modo, también se espera que la sequía afecte la próxima cosecha».

La cosecha de café brasileña 2021/22 totalizó 46,88 millones de sacos (sacos de 60 kg cada uno), un 25,7% menos que el año anterior. Sin duda, vuelven a insistir los analistas de ING, que «el tiempo seco lastró la cosecha, siendo también el año de menor rendimiento del ciclo bienal».

Con este contexto, desde ING y los organismos que representan a los productores de café se apuesta que «en este 2022 la demanda supere la oferta. Esto estará impulsado por una combinación de un mayor crecimiento de la demanda, junto con una cosecha brasileña agobiada por las heladas y posiblemente nuevas sequías. Sin embargo, mucho dependerá de las precipitaciones en los próximos meses. Hay quienes pronostican un déficit de hasta 7 millones de sacos. La expectativa de un déficit en 2021/22 y la incertidumbre sobre cuán grande podría ser este déficit sugieren que los precios deberían mantenerse bien respaldados».

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